Ya es tradición que el belén que pone el Ayuntamiento de Barcelona en la plaza de Sant Jaume sea objeto de polémica. Este 2019 no es diferente. El montaje incluye la inconografía propia de una representación de estas características, como a la Virgen, al niño Jesús, a San José, al ‘caganer’ y a los Reyes Magos, además de otras imágenes navideñas, aunque no es fácil encontrarlas, ya que representa un trastero que asemeja más a Los Encants que a un nacimiento. Algunos la han acusado de parecer la «Rue 13 del pessebre» o una «promoción de Ikea». Pero también hay quienes la han defendido al asegurar que es «arte conceptual» y que estamos «en el siglo XXI».
La instalación es de la escenógrafa Paula Bosch.»Cuando pienso en el pesebre me vienen a la cabeza las Navidades que viví en casa los padres. Para mí, lo más importante de hacer el pesebre no era colocar los caballetes, las maderas y la mesa para poder poner las figuritas, sino toda la preparación anterior. Ir a la buhardilla y abrir el armario empotrado que estaba lleno de cajas», ha explicado la autora del belén municipal.
Con este montaje, el Ayuntamiento de Barcelona quiere invitar a «reencontrar», no solo a los personajes del belén de cada familia, sino también «sus escondites». El belén se podrá visitar entre este viernes 29 de noviembre y el 6 de enero, de 10.00 a 22.00 horas.
Pero no solo las redes han criticado el pesebre, sino también algunos políticos de la oposición, como el líder del PP en el consistorio barcelonés, Josep Bou. Bou ha dicho que es «una especie de desván» porque lo que han hecho ha sido amontonar cajas, según él. En rueda de prensa, ha acusado a la alcaldesa de «armar el belén», y ha asegurado que evita un belén tradicional por cuestiones religiosas, por lo que ha pedido que se respeten las tradiciones.
Lo mismo Ciutadans (Cs). «Parece un día de los trastos», ha dicho la líder de Cs en el consistorio, Luz Guilarte, quien ha propuesto crear un proceso de selección para que todos los niños decidan cómo querrían representar la Navidad en la ciudad. Guilarte ha considerado que esta instalación está muy lejos de tener ningún sentido y espíritu navideño.
Y tampoco han faltado críticas desde Barcelona pel Canvi, el partido liderado por Manuel Valls.»Cuando un pesebre se ha de explicar para que la gente lo entienda es señal de que quizás no es el acertado», ha escrito en su perfil de Twitter la portavoz del grupo municipal, Eva Parera. «De verdad que no es tan díficil. Solo hacen falta un paisaje de montaña, un establo, la Virgen María, San José, un niño Jesús, unos cuantos pastores y los Reyes de Oriente llevando las ofrendas», ha añadido.
Según han confirmado fuentes del Institut de Cultura de Barcelona (ICUB) a este diario, cada año se invierte la misma cantidad en el pesebre de la plaza de Sant Jaume: 97.000 euros entre el montaje y la instalación.
Mientras tanto, Twitter ya empieza a arder con lo que se ha vislumbrado. Hay de todo, aunque parece que ganan las críticas.