El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez,ha abogado por que los católicos lleven a cabo una actividad política “digna y objetivamente aceptable”, que tenga en cuenta aspectos como la dignidad de la persona, la libertad de conciencia o el derecho de los padres a educar como quieran a sus hijos.
En su escrito semanal de este domingo, que ha sido remitido por el Arzobispado de Toledo, Rodríguez ha considerado que la fe y la política no tienen que estar necesariamente enfrentadas entre sí, aunque entre ambas “existe una dialéctica, esto es, no hay entre ellas una entera coincidencia, y en ocasiones muy poca. Por eso, no hay ningún partido político católico“.
Pero, a juicio del prelado, los católicos “pueden hacer de la actividad política una actividad digna y objetivamente aceptable”, para lo cual tienen que observar algunas cuestiones importantes.
Según el arzobispo: “Han de tener en cuenta la dignidad de la persona, la libertad de conciencia y religiosa, el derecho de los padres a educar a sus hijos como ellos quieran y elijan”.
También deben considera “si se trabaja por el bien común y se evita el puro interés e ideología de grupo” o “si se evita el escándalo de hacer del adversario político un enemigo personal a eliminar socialmente”.
“Es éste un listón demasiado alto para muchos, pero condición necesaria si queremos una verdadera democracia, fundada en la verdad de las cosas y no en la mentira partidista“, ha añadido Rodríguez.
El prelado ha señalado que aunque los cristianos “como miembros de la sociedad y de sus instituciones, intervienen en política como cualquier otro”, han de tener en cuenta “las sugerencias, aspiraciones y valoraciones morales que nacen de su fe cristiana, porquealgunos asuntos de la vida social pertenecen a la vez a la esfera de lo político y a la esfera de lo religioso o lo moral”.
“Así ocurre, por ejemplo, con la familia, la enseñanza, el trabajo, la justicia social, la atención a los enfermos y a los ancianos y un largo etcétera”, ha apuntado Rodríguez, que las ha definido como “realidades comprendidas en el bien social que tienen que ser promovidas desde la política, dejando a un lado la ideología de los partidos políticos“.
Rodríguez ha argumentado: “Todas ellas forman parte de la vida personal y social; contienen igualmente aspectos religiosos y morales que afectan, como es lógico, a la fe, y a la conciencia moral de los cristianos, y quedan dentro de la competencia y solicitud de la Iglesia”.
“¿Tienen en cuenta nuestros políticos estas características de la actividad política, no partidaria?, se ha preguntado el arzobispo, que ha admitido: “Confieso que muchas veces parece que no es así, creando problemas innecesarios a la sociedad civil, que, como en otras ocasiones he afirmado, en muy débil en España”.
Y ha opinado: “Por desgracia, también ocurre lo mismo en tantos y tantos cristianos, a la hora de su participación social y política en nuestra sociedad”.