La diócesis se ha hecho con más de 700 propiedades solo en fincas agrícolas: 600 de huertos, campos de cereal y de cultivo de secano; 40 fincas de olivares y viñedos; 4 alamedas; 3 bojerales y hasta 1 platanal.
Este martes el consejero de Políticas Migratorias y Justicia del Gobierno foral, Eduardo Santos, ha entregado al Parlamento de Navarra un informe sobre los bienes inmatriculados y operaciones de compra-venta de bienes de la Iglesia de Navarra desde 1900 hasta este 2021, dando así cumplimiento a un mandato parlamentario en el que se instaba al Ejecutivo Foral a recopilar dicha información.
La actividad no ha sido la misma en las diferentes décadas. Entre 1975 y 1985, el grueso de inmatriculaciones se produce en un solo año: 1981, cuando se registraron 1.051 inmatriculaciones y, entre 1990 y 2010, los cuatro años cumbre fueron 2003, 2004, 2005 y 2006, en los que se inmatricularon 865 propiedades, una mayor actividad que se puede atribuir a la reforma de la Ley Hipotecaria aprobada en 1998.
Entre los bienes inmatriculados se encuentran lugares de culto, terrenos de labranza o fincas rústicas y viviendas y fincas urbanas. Solo en fincas agrícolas la diócesis se ha hecho con más de 700 propiedades: 600 de huertos, campos de cereal y de cultivo de secano; 40 fincas de olivares y viñedos; 4 alamedas; 3 bojerales y hasta 1 platanal. Además, la Iglesia es propietaria de 9 plazas en distintos pueblos y de 3 frontones; casi 200 pisos, 250 casas parroquiales y una veintena de locales comerciales.
El Valle de Esteríbar es la localidad que más bienes inmatriculados tiene con un total de 109 propiedades inmatriculadas. Le seguiría Pamplona con 87, Baztan con 75, Lóngida con 64, Gallués con 60; Eguesibar con 56 y Guesala con 54 propiedades inmatriculadas.
Además, el grueso de las propiedades inmatriculadas se encuentra en la Merindad de Sangüesa (1.036) y la de Pamplona (904), que junto a la de Estella concentran el 86% de los bienes inmatriculados.
El consejero ha agradecido la colaboración de los diferentes registros de la propiedad y del Colegio de Registradores de la Propiedad en Navarra, a la hora de recopilar todos estos datos y ha destacado que el Gobierno de Navarra «va a trabajar» para apoyar a los municipios que quieran recuperar los bienes comunes que han sido inmatriculados.
«Como Gobierno de Navarra, debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para que ningún municipio navarro tenga que dejar de pelear, por motivos económicos o de complejidad jurídica, por aquello que considere propio», ha añadido Santos.
Ley Hipotecaria de 1946
Una norma franquista, la Ley Hipotecaria de 1946, es la que permitió a la Iglesia inscribir cualquier bien, excepto los templos destinados al culto, sin documentación, simplemente con la firma de un obispo, que actuaba casi como un notario.
Entre los bienes inmatriculados no figuran aquellos que sean donaciones o adquisiciones a particulares, sino aquellos en los que la diócesis utilizó este sistema que le permitía la ley, una práctica que tuvo su mayor auge durante el Gobierno de José María Aznar, quien permitió que se inscribieran también los templos.