A pesar de estar condenado a ser papel mojado con la formación del nuevo gobierno local, el reglamento de laicidad aprobado en el tramo final del anterior mandato continúa su tramitación. Esta semana finalizó el periodo de alegaciones con dos recursos recogidos por los servicios jurídicos municipales contra este documento, que impide a cargos políticos asistir a actos religiosos. Su aprobación salió adelante en el Pleno de abril, con el apoyo a la propuesta de Podemos, y con fuertes críticas desde el resto de formaciones. Se trata de una norma que el nuevo gobierno local (Foro, el PP y Vox) se ha comprometido a eliminar, tal y como refleja el acuerdo de gobierno para investir a la forista Carmen Moriyón como Alcaldesa.
Uno de ellos fue interpuesto precisamente por el párroco de San Pedro, Javier Gómez Cuesta. Precisamente, el distanciamiento entre el sacerdote y la anterior alcaldesa, la socialista Ana González, fue evidente a raíz de que la regidora decidiese no acudir a la tradicional bendición de las aguas por San Pedro, festivo local en la ciudad desde que lo retomase precisamente la socialista Paz Fernández Felgueroso.