Descargo de responsabilidad
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Retiraron al general Henry Sanabria como director nacional de la policía. Y para unos fue por expresar su fundamentalismo religioso con el uniforme puesto: “El condón es abortivo”; “la comunidad Lgtbiq debe ser cuidadosa en lo que hace”; una mujer discreta es un regalo del Señor”; “un policía que se aleja de Dios no tiene límites”.
Y para otros fue que al mando suyo la policía no daba resultados. O tal vez fueron las dos cosas. Pero, bien. Sus expresiones religiosas fundamentalistas generaron más ruido que los resultados dados por la policía. Y vale la pregunta: ¿Dios es un bien público? No creo. Porque un bien público tiene una característica fundamental: que sea compartido por toda la sociedad sin ninguna exclusión. Es decir, que la palabra clave es “exclusión”. Significa, y sólo por citar dos ejemplos, que Dios no puede ser un bien público porque no se comparte por los ateos que, valga la redundancia, no creen en él, ni por comunidades indígenas que basan sus creencias en los elementos de la naturaleza. Dios es un bien privado porque hace parte del fuero interno de cada ser humano… Cada quien decide si cree o no. Y no es un bien público porque el Estado colombiano es neutro en lo religioso, ya que no apoya ni se opone a cualquier culto (Estado laico).