Bailes en un entorno bucólico de Siberia, conocido como la Ciudad del Sol, miles de seguidores de la secta que entregan su dinero y su voluntad y un gurú que se presentaba como la reencarnación de Jesucristo. La iglesia del Último Testamento. La policía ha detenido al supuesto reencarnado y a otros dos líderes del grupo porque, según la investigación, los gurús se apropiaron de dinero de sus seguidores, les dominaban psicológicamente y además había castigos físicos graves. La Iglesia Ortodoxa rusa declaró herético al grupo en 1994, poco después de ser fundado, sus miembros tenían prohibido fumar, beber o cambiar dinero, y estaban obligados a vivir con lo mínimo a ser veganos, a no tomar café, ni azúcar, ni té ni productos de trigo. La secta tenía varios asentamientos en Siberia y unos diez mil miembros en todo el mundo que se han quedado sin sus gurús.
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