Hace ya tiempo que el mismo Nuncio de Su Santidad, al contemplar horrorizado los empujones, golpes e insultos de los “devotos”, declaró que había que buscar modos más adecuados de honrar –y no deshonrar- a la Virgen del Rocío. Porque se trata de una antiquísima tradición… pagana, de matrimonio por rapto, que disfraza sacrílegamente a la Virgen de novia mística de algunos almonteños, -y sólo de ellos, celosos enamorados del modo más anticristiano imaginable- que impiden “con contundencia” participar a otros, e incluso se pelean entre ellos por “poseerla”, hasta el punto de romper, como han hecho este año, el mismo “paso” en que llevan su imagen, para vergüenza de los creyentes y del pueblo que acoge a esos fanáticos pseudo religiosos.
Por un Estado laico
España es el único país de la UE que se declara aconfesional, mientras la gran mayoría son laicos,…