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Declaración del Foro Social de Sevilla sobre la reforma del estatuto de autonomía de Andalucía

«El nuevo estatuto ha de garantizar los derechos de los andaluces, el respeto a la naturaleza, la enseñanza y la sanidad pública, y promover la propiedad social y colectiva frente al interés y el beneficio privados»

Ante la Proposición de Reforma del Estatuto de Autonomía de Andalucía aprobada por el Parlamento Andaluz el 2 de Mayo de 2006 y remitido a las Cortes Generales para su definitiva aceptación, y tomando en consideración la trascendencia del marco normativo y político que se someterá a referéndum del pueblo andaluz, el Foro Social de Sevilla realiza la siguiente Declaración:

  1. Que un texto con suficiente dignidad y altura moral para Andalucía debería realizar en su Preámbulo una crítica política de lo que supuso la dictadura franquista para Andalucía, en cuanto a profundizar en su dependencia y subdesarrollo estructural y en el despojo de su identidad histórica y cultural, proceso histórico ligado a la construcción del Estado Español.
  2. Igualmente, Andalucía, al cabo de 25 años de vigencia del actual Estatuto, requiere, que con el actual texto se lleve a cabo una crítica de un modelo de “modernidad” que se desenvuelve asociado a la globalización neoliberal, al crecimiento basado en parámetros de insostenibilidad ecológica, competitividad y consumismo individualista. Al respecto, la asunción que se efectúa en este nuevo texto de los “valores” de la Unión Europea (Artº 1.4 del Título Preliminar) es una mala señal, porque esos “valores”, que se plasmaron en la Constitución Europea, han recibido el correspondiente rechazo por cientos de miles de ciudadanos/as europeos/as y andaluces/as, en Holanda, en Francia, en otros países. Estos son los valores de una Constitución absolutamente mercantilista que potencia la privatización de los servicios públicos.
  3. Reclamamos una Reforma que eleve cualitativamente la capacidad del pueblo andaluz para decidir soberanamente sobre su destino y los contenidos suficientes para el autogobierno, en el reconocimiento de Andalucía como una realidad diferenciada en lo histórico, en lo social, en lo cultural y en lo político. Andalucía debe dotarse de los instrumentos políticos suficientes para, de una vez por todas, quebrar el modelo que nos mantiene subalternos y dependientes como sociedad y subsistiendo como periferia del Norte. Exigimos que en el nuevo Estatuto las instituciones políticas andaluzas no sean meras gestoras territoriales de las políticas que impone la lógica neoliberal europea y las “modernizaciones” mercantilistas.
  4. Pedimos intransigentemente que en el texto que se someta a referéndum se reconozca la centralidad de la Reforma Agraria como eje vertebrador de una Andalucía que recupere su dignidad y sus valores de justicia y sostenibilidad. Esta Reforma Agraria es indecente y vacía si, como contempla el actual texto (Artº 10, apartado 13), se inserta en el “marco de la política agraria comunitaria”. Por el contrario, su definición ha de afrontar, con criterios democráticos y socialmente progresistas, la estructura de la propiedad de la tierra.
  5. Exigimos que el nuevo Estatuto de Autonomía declare como objetivo político de las instituciones de autogobierno el desmantelamiento de las bases militares norteamericanas de Rota y de Morón, así como la restitución a Andalucía del enclave colonial y militarista de Gibraltar. Andalucía ha de ser declarada espacio político desnuclearizado, potenciando la cultura de la no violencia, el diálogo entre los pueblos y la resolución pacífica de los conflictos.
  6. Reclamamos un texto estatutario que repudie y combata la actual precarización del trabajo en Andalucía, sostenida en una lógica economicista dominante de privatización, maximización de beneficios empresariales y cultura de “emprendedores”. El nuevo Estatuto debe contener los instrumentos conceptuales y políticos para erradicar la terrible siniestralidad laboral que existe en Andalucía, la normalización del “empleo-basura” y las altas tasas de temporalidad del trabajo. Un texto estatutario digno para Andalucía debería formular el derecho de todos a una renta básica que garantice unas condiciones de vida digna y los poderes públicos asegurarían a las personas en situación de pobreza un ingreso social no inferior al Salario Mínimo Interprofesional y el acceso a la vivienda. Una ley andaluza de protección social debe regular este derecho.
  7. Pedimos una reforma estatutaria con la que, de verdad, sea posible frenar el deterioro y la degradación actual de la enseñanza pública, que asegure su laicidad y gratuidad y que impida que con el dinero público se sostengan, en condiciones de privilegio, empresas educativas privadas y confesionales.
  8. Reivindicamos un Estatuto de Autonomía que establezca las condiciones de posibilidad para asegurar la soberanía alimentaria de Andalucía y la seguridad ambiental y sanitaria para nuestro pueblo, impidiendo la producción de productos trangénicos.
  9. No aceptaremos un Estatuto en el que la “condición de andaluz” (artº 5) sólo le sea reconocida a los “ciudadanos españoles con vecindad administrativa en cualquier municipio de Andalucía”. Esto significa excluir a los inmigrantes que, incluso estando regularizados, no tienen la ciudadanía española y, por tanto, no adquirirán, a pesar de su situación regular, ningún derecho político.
  10. En 1981 los andaluces y las andaluzas, a través de un gran proceso de luchas populares y democráticas, conseguimos que Andalucía tuviera consiguiera competencias autonómicas. Se aprobó un Estatuto de Autonomía que podría haber sido el comienzo de un camino para hacernos partícipes de nuestro destino. En estos veinticinco años, muchas de las reivindicaciones que se recogieron en el texto actual no han llegado a cumplirse. Queremos un nuevo Estatuto que se cumpla, que no se quede en papel mojado. En la elaboración del texto que se esta discutiendo en el ámbito parlamentario echamos de menos una mayor participación de la Sociedad; el articulado ha sido fundamentalmente elaborado y discutido por los partidos políticos con representación en el parlamento andaluz. No se ha promovido un amplio debate social, la poca participación de la sociedad civil ha sido ridícula y solo ha servido para argumentar que sí ha existido esa participación. El Parlamento Andaluz ha de ser dinamizador y catalizador para que la sociedad andaluza participe en este nuevo Estatuto y no se quede en algo al margen de los intereses de los andaluces y andaluzas. El nuevo Estatuto ha de garantizar que los derechos sean realizados, no sólo decretados, que las riquezas de Andalucía sean patrimonio común, que la naturaleza sea respetada, preservada, de todos, que el agua, el aire, la enseñanza, la sanidad, sean de todos los andaluces, no de unos pocos, que promueva la propiedad social y colectiva frente al interés y al beneficio privados.

Por estas razones, el Foro Social de Sevilla manifiesta la necesidad de que el actual proceso de reforma estatutaria, dada su trascendencia para la vida de los andaluces y andaluzas, se lleve a cabo con aspiraciones de cambios en profundidad del actual texto remitido a las Cortes Generales, en su lógica profunda actual, en sus valores y parámetros conceptuales, en su articulado concreto; y ello si se pretende con él dotar a Andalucía de un marco político e institucional que ataje las causas y las consecuencias de nuestro mantenido atraso social, de nuestras desigualdades y carencias económicas, de nuestra pérdida de identidad, ilusión y definición como una sociedad emergente, activa, democrática y participativa.

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