Darwin, en su teoría de selección natural, defendía que los organismos que están bien dotados para vivir en un determinado medio ambiente tienen más posibilidades de sobrevivir. Wert, a la sazón ministro de Educación, Cultura y Deporte del Reino de España, defiende e impone su teoría de la selección económica para los estudiantes españoles: quienes estén mejor dotados económicamente tienen más posibilidades de sobrevivir hasta completar sus estudios universitarios.
Y es que el señor Wert, no contento con imponer una Ley con profundo carácter ideológico que ningún estamento de la comunidad educativa reconoce como la Ley de Educación que necesita la España del siglo XXI, se convierte ahora en una especie de “selector económico” ordenador del universo universitario.
Dice el insigne ministro que aumentar la nota para obtener una beca universitaria del 5,5 al 6,5 es un esfuerzo "razonable" y no una "exigencia exagerada" porque “a los becarios se les paga para que estudien". No contento con estas afirmaciones, da un paso más y dice que “quizá el estudiante que no llega al 6,5 no está bien encaminado y debería estar estudiando otra cosa". Todo ello sin olvidar los drásticos recortes en la asignación de fondos para las becas ya experimentados este curso.
El nuevo “selector económico” Wert pone las bases de una educación que no fomenta la excelencia como a él le gusta decir, sino que le confiere un tinte clasista insoportable en una sociedad avanzada como la nuestra.
Es otro ejemplo más de la “política disfraz” de este Gobierno. Alzados por las urnas al Olimpo de la mayoría absoluta en un contexto marcado por una crisis económica de extremada crueldad, les vino Dios a ver aquél 20N.
Y digo que les vino Dios a ver porque encontraron la herramienta perfecta y la excusa inmejorable para poner en marcha su apisonadora ideológica: todo aquello que implique igualdad de oportunidades, o que tenga el menor “tufillo” social y público, es susceptible de ser arrollado por esta máquina destructora. Todo vale para salir de la crisis aunque esta salida solo sea para una parte de la sociedad porque el resto habrá quedado tirada en la cuneta.
Señor Wert, descienda usted del Olimpo de la mayoría absoluta (de paso tráigase también a sus colegas del Consejo de Ministros) y quítese el velo del elevado estatus social que ciega su vista. No es una “exigencia exagerada” sino un esfuerzo “razonable” el que le pido: siéntese cara a cara con un joven que viva en el seno de una familia donde los ingresos son una quinta parte de los que entran en su casa de ministro, y que puede ir a una universidad pública sólo, y sólo si tienen una beca que ayude a reducir el esfuerzo económico a realizar por sus padres. Mírele a los ojos cuando le diga que no le va dar una beca porque no llega al 6,5 a pesar de que compagina estudios con un trabajo en precario para ayudar a la economía familiar. Mírele fijamente cuando le invite a cambiar de carrera destrozando así su proyecto vital y sus ilusiones de futuro. Mírele, señor ministro…si es que puede desde su parapeto de política disfraz. No creo que fuera usted capaz de aguantar la mirada de ese joven más allá de unos segundos, pero inténtelo…