La parroquia de San Antonio difunde sus oficios a una explanada exterior por la falta de aforo El sonido molesta a algunos ciudadanos
La asociación Cullera Laica ya ha recibido varias quejas que solicitan que la parroquia de San Antonio Abad, que presta servicio a la zona turística de la ciudad costera de la Ribera Baixa, silencie los altavoces instalados en el exterior del templo para impedir que los vecinos y viandantes tengan que oir obligadamente el desarrollo de las misas.
El colectivo laico considera inaceptable que en un Estado aconfesional como el español los ciudadanos queden expuestos, sin que se respete su propia voluntad, a los rituales de los católicos «por muy legítimos y respetables que sean», por lo que reclaman medidas para garantizar que los actos vinculados a la Iglesia se circunscriban a los centros a los que acuden los creyentes.
Ante la avalancha de fieles que se producía en verano, la parroquia de San Antonio Abad llegó a la conclusión de que el mejor mecanismo para expandir su voz era instalar unos megáfonos que permitieran escuchar la misa en una explanada exterior en la que a menudo (sobre todo en la época estival para combatir mejor el intenso calor) se instalan un buen puñado de feligreses que se sienten más cómodos fuera de un recinto que acumula altas temperaturas en los meses estivales.
Sin embargo, a algunos vecinos y veraneantes les disgusta que al transitar por la calle Blasco Ibáñez se escuche el desarrollo de la misa en plena calle. No hay elección. «Tanto si se quiere como si no, los rezos y la voz del párroco llegan a los oídos de los viandantes, truncándose el principio de elección de la ciudadanía», reprochan los integrantes de Cullera Laica.
A principios de agosto comenzaron las quejas. Los altavoces de la parroquia de San Antonio amplifican de tal modo el sonido que las ceremonias religiosas pueden ser escuchadas no sólo por los devotos sino también por las personas que ocupan las viviendas aledañas, locales comerciales o terrazas, así como por viandantes.Según alega la parroquia, en verano no caben todos los feligreses dentro del templo, situada en el núcleo histórico de la playa cullerense, por lo que se aprovecha la megafonía para que los que no pueden entrar puedan escuchar la misa desde fuera.
No es la primera vez que llegan quejas por este comportamiento hasta Cullera Laica. Y también se aportan alternativas: entre las posibles soluciones que se ofrecen figuran la ampliación del local, el establecimiento de turnos de misa o el reparto de auriculares de manera que pueda escuchar misa quien lo desee.