La Masonería en España, después de una larga etapa de intensísima persecución como en pocos lugares del mundo se ha practicado en la época contemporánea, volvió a ser legal a partir del 19 de mayo de 1979.
Pero el regreso a la normalidad llegó tarde para la Masonería, fruto de los prejuicios y las normas contra la misma del franquismo. Si los partidos y sindicatos, así como otras organizaciones de distinto tipo, serían legalizados al comenzar la Transición, antes de las elecciones generales a Cortes Constituyentes y, en todo caso, de la aprobación de la Constitución, la Masonería española no lo consiguió hasta seis meses después de dicha aprobación.