Las Comunidades Cristianas Populares de Andalucía reciben con «incredulidad, vergüenza y rechazo» el cambio curricular en la enseñanza de Religión Católica.
Exigen un «Estado laico» con una ley de educación «consensuada por toda la ciudadanía».
Las Comunidades Cristianas Populares (CCP) de Andalucía rechazan «rotundamente las recientes modificaciones en Primaria y Secundaria respecto a la enseñanza de la Religión Católica2. Los nuevos textos básicos, que el Gobierno ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), adaptan la materia a la LOMCE, la conocida como ley Wert. Y lo hacen con contenidos elaborados por la Conferencia Episcopal Española, algo que las CCP reciben «con una mezcla de incredulidad, de vergüenza y de rechazo».
El colectivo exige «una ley de educación consensuada por toda la ciudadanía» y apuesta, además, por un «Estado laico, respetuoso con todas las religiones». Y se une «a todos aquellos que, de modo multitudinario, estos días están expresando su rechazo a esta ley».
El cambio en el currículo religioso ejecutado por el ministerio de Educación que dirige José Ignacio Wert responde a una intención «de carácter ideológico, catequético y de adoctrinamiento» que acaba por imponerse, sostienen, «frente al estudio del ‘hecho religioso’ como un elemento más de la cultura en la que vivimos». Las comunidades cristianas creen que, desde esta concepción, la asignatura «debería quedar fuera del currículum de los centros públicos y concertados y, como tal, relegada al espacio propio de cada comunidad religiosa».
De este modo, las CCP lamentan «muy seriamente la confusión que se crea» con el nuevo texto educativo «entre la iniciación a la experiencia cristiana, que por su misma naturaleza no es evaluable» y una asignatura concreta, que sí es valorable. Este desorden conduce «al rechazo y a una dificultad añadida para captar el mensaje de fraternidad universal que Jesús de Nazaret practicó y enseñó».
Afirmaciones «trasnochadas y discutibles»
Por si fuera poco, continúan las CCP, el texto redactado por los dirigentes eclesiásticos en virtud de los acuerdos firmados con la Santa Sede en 1979, «contiene afirmaciones trasnochadas y discutibles». Que llevan, subrayan, «más bien al dogmatismo y a un enquistamiento en el diálogo con otras religiones y con la ciencia».
«Las CCP defendemos claramente la implantación de una asignatura obligatoria, ‘Historia de las religiones’, como instrumento de diálogo y de respeto mutuo en una sociedad cada vez más plural». Esto serviría, sostienen, para profundizar «en las raíces más secretas de nuestra cultura, con sus luces y sus sombras» con una materia que «en ningún caso estaría bajo el control de ninguna autoridad religiosa».
Así, prosiguen, tendría «la categoría de las demás especialidades». Por el contrario, la comunidades cristianas andaluzas denuncian «como está actualmente concebida» Es decir, «financiada al 100% con fondos públicos y que el profesorado sea nombrado y controlado por los obispos».
«Las diferentes comunidades religiosas –incluida la católica– deben utilizar sus propios medios y recursos para la transmisión de la fe». La escuela pública y concertada, mantienen, «debe ser el espacio para compartir, convivir y entender los diferentes hechos culturales, históricos, sociales, científicos, filosóficos… y también religiosos, desde una cosmovisión inclusiva. Este es el sentido de una sana ‘laicidad’ que compartimos muchos cristianos y cristianas». Por esto, las CCP denuncian 2los acuerdos del Estado español con la Santa Sede, incomprensiblemente mantenidos desde 1979 y hasta potenciados en esta reciente normativo».