Comentarios del Observatorio
Coherente con su normativa, un Estado confesional declara el luto oficial por la muerte de la máxima autoridad de su religión oficial. No obstante, es un buen momento para denunciar el confesionalismo de este Estado, vestigio del pasado virreinal de la Monarquía Católica española, que supone una situación de discriminación para quienes no profesan la religión católica en Costa Rica.
El gobierno de Costa Rica decretó cuatro días de duelo nacional por la muerte del Papa Emérito Benedicto XVI, fallecido el sábado 31 de diciembre de 2022.
En un comunicado emitido ese día, el gobierno de Costa Rica indicó que los cuatro días “obedecen a un duelo de cortesía, por quien fuera la máxima autoridad de la religión del Estado costarricense”.
“Por lo tanto, se ordena izar la bandera a media asta, a partir del 31 de diciembre”, añadió el texto.
La presidencia de Costa Rica, además, aseguró que “lamenta profundamente” la muerte del Papa Emérito.
El artículo 75 de la Constitución de Costa Rica establece que “la religión católica, apostólica, romana, es la del Estado, el cual contribuye a su mantenimiento”.
La Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECR) mostró profundo dolor ante el fallecimiento de Benedicto XVI.
El 31 de diciembre, los obispos recordaron “su servicio a la Iglesia como defensor de la fe y la verdad proclamada en el Evangelio”.
“Hoy, cuando el Señor ha llamado a su presencia a Benedicto XVI, creemos con firmeza que el Papa Emérito se ha encontrado con el Amor; con el Dios en quien creemos y que nos da la vida eterna”, subrayaron.
Aunque reconocieron un “sentimiento de dolor”, al mismo tiempo manifestaron “esperanza en el Señor de la vida y en el misterio de su resurrección, centro y fundamento de nuestra fe”.
“Junto a toda la Iglesia Católica y unidos en comunión con el Papa Francisco, elevamos una plegaria por el descanso eterno de Benedicto XVI”, añadieron.
