La connivencia de la Administración Pública lleva a estas situaciones de confusión entre los servicios públicos y la empresa privada
El título de mi carta no es una exhortación procaz, sino una simple constatación: en El Corte Inglés (un centro comercial, privado) hay oficinas de Correos (una empresa pública, estatal). Una anomalía que parece aceptarse como normal, pero por la que, cuando voy a poner un certificado (en horas en que están cerradas otras oficinas), me entero de ofertas en camisas que preferiría no haber conocido y, lo que es peor, de que ya es primavera mucho antes del 21 de marzo, lo que altera mi sangre de manera diferente a lo que quisiera.
Confío en no acabar confundiendo la consulta del médico de la Seguridad Social con los probadores de ropa interior femenina, o la cola para el pescado con la de expedición del DNI. De hecho, ya no sé si debo presentar esta queja en el mostrador de venta de sellos o en la ventanilla para compradores insatisfechos.
Oficina de Correos en Hipercor Granada
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