Educación cambia la normativa y establece a que sólo los padres que quieran que sus hijos estudien la asignatura tengan que comunicarlo al colegio
La Dirección General de Planificación y Centros de la Consejería de Educación envió el 18 de mayo a los colegios e institutos de Andalucía las instrucciones sobre la manera de proceder con la asignatura de Religión. En esta circular se deja claro que serán los padres o los tutores de los alumnos los que deban "manifestar voluntariamente su deseo de cursar enseñanzas de religión" en el momento de la matriculación.
Cece entiende que la alternativa a la Religión es contraria a su ideario
Todas las familias -o los propios alumnos si es que eran mayores de edad- tenían hasta ahora que pronunciarse sobre si querían o no la asignatura de Religión. El sindicato CGT ha sido muy crítico con este asunto al entender que este obligado pronunciamiento sobre las creencias era "contrario a la Constitución".
Rafael Fenoy, de la federación de Enseñanza del sindicato CGT en Andalucía, aplaudió ayer el "cambio de filosofía" del departamento que dirige Mar Moreno. Pero todo lo que rodea a esta asignatura parece estar envuelto en la polémica.
Las instrucciones difundidas por la Consejería de Educación también fijan que la dirección de todos los colegios públicos y concertados que imparten educación obligatoria deben informar a las familias de "que el centro oferta la enseñanza de religión católica, la de aquellas otras confesiones con las que el Estado tiene suscritos acuerdos y, en su caso, Historia y Cultura de las Religiones".
Y aquí está el siguiente capítulo polémico. Cece, que está representada como patronal en la mesa de los centros concertados de la Consejería de Educación, ha hecho a través de una circular su propia interpretación de las instrucciones difundidas por la Junta de Andalucía.
Esta patronal entiende que "los centros que en su proyecto educativo tengan expresamente identificada la religión católica como parte de su ideario no tendrán la obligación de ofertar las restantes opciones". Es decir, los alumnos tendrán sólo dos posibilidades: "cursar la religión católica en su vertiente confesional o recibir una adecuada atención educativa", con lo que se cierra la puerta a la asignatura alternativa de Historia y Cultura de las Religiones a la que se refiere la Dirección General de Planificación y Centros en sus instrucciones. Esta patronal de centros católicos sostiene que en esta asignatura "se estudia la religión desde una perspectiva no acorde con el propio ideario del centro". Cece también aborda en su circular las posibilidades que, según su interpretación, se abren en los centros concertados que no tengan "ideario religioso".
Según esta patronal, estos colegios e institutos podrán organizar las distintas opciones "siempre que tengan un número de alumnos necesario para ello": "Dado que se trata de una asignatura voluntaria y que en las instrucciones no viene nada al respecto, consideramos que el número de 15 alumnos sería un referente para organizar las distintas opciones por analogía con el criterio de la Administración en la organización de las asignaturas optativas".
CGT considera arbitrario fijar el número de alumnos mínimo en 15. Rafael Fenoy sostiene además que la postura de Cece respecto a esta materia "trasgrede las normas fijadas en los conciertos educativos" al negarse a ofrecer alternativas a la asignatura de Religión. Según Fenoy, estos centros se sostienen con dinero público y están "obligados por los conciertos": "Si no quieren ofertar alternativas a la Religión que no hagan los conciertos con la Administración".
En lo que sí coinciden el sindicato CGT y la patronal católica Cece es en el vacío legal sobre lo que los centros deben hacer con los alumnos que no quieren estudiar ni Religión ni Historia y Cultura de las Religiones. "La ley sólo dice que deben recibir una atención educativa pero que no forme parte del currículum", se lamenta Fenoy.