El hombre que arrancó un brazo a la imagen de Jesús del Gran Poder de Sevilla ha aceptado una condena de nueve meses de cárcel por un delito contra el patrimonio histórico en concurso con otro contra los sentimientos religiosos.
Fuentes judiciales han informado este miércoles a Efe de que la conformidad fue posible porque el acusado Luis C.O. ha pagado ya buena parte de los 11.432 euros que costó arreglar la imagen, por lo que el fiscal rebajó su petición inicial de once meses de cárcel.
Han precisado que la condena pactada no incluye tratamiento psiquiátrico porque el acusado ha demostrado que tiene compensado el trastorno mental que sufría cuando ocurrieron los hechos.
Luis C.O. ha sido condenado por los daños causados cuando durante la misa de 8 de la tarde del domingo 20 de junio de 2010 entró en la Basílica de Jesús del Gran Poder de Sevilla, en el momento en el que terminaba el oficio religioso.
El acusado saltó una valla de madera que impide el acceso al camarín donde está expuesta la imagen del Gran Poder y una vez a la altura de la talla agarró la túnica que la cubría y le dio "violentos tirones hasta desgarrar la prenda".
Después zarandeó la imagen tirando del brazo derecho, "pretendiendo derribarla y ofendiendo así gravemente los sentimientos de muchos creyentes de la fe católica", según la acusación del fiscal.
Como consecuencia, el acusado arrancó finalmente el brazo de la imagen y fue detenido en ese momento por varias personas que estaban en el templo, que impidieron que el acusado causara daños más graves.
La imagen sufrió desperfectos en la espiga derecha del brazo articulado, así como en pequeños fragmentos de policromía de la espalda, las caderas, las piernas y la peana, por lo que los gastos de restauración de la imagen ascendieron a 10.620 euros, que junto a otros daños en la túnica y la camisa de la imagen ascendieron a un total 11.432 euros.
El fiscal imputó al acusado un delito contra el patrimonio porque la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, obra de Juan de Mesa, "constituye un referente patrimonial, histórico, artístico y cultural de la imaginería andaluza del barroco del siglo XVII, y es un importante símbolo material de la producción artística de ese periodo, dentro y fuera de Andalucía".
El acusado sufría entonces "ideas mesiánicas", así como un "trastorno de ideas delirantes, parafrenia, con rasgos esquizoides y narcisistas, personalidad patológica paranoide y pensamientos psicóticos", si bien la condena pactada no incluye que cumpla la pena en centro psiquiátrico porque en este momento tiene compensados sus trastornos.
El agresor, conducido a una declaración judicial por dos agentes de policía.
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