La doctora Laurence Tramois, que prescribió la dosis mortal de potasio sin autorización explícita de la enferma ni de su familia, ha sido condenada a un año de prisión con suspensión de pena. La enfermera que suministró la inyección letal, Cantal Chanel, ha sido absuelta.
Al finalizar la vista, el fiscal solicitó dos años para Tramois, de 35 años, y uno para Chanel, de 40 años. Ambas estaban acusadas de "complicidad de envenenamiento" y de "envenenamiento", delitos penados con 30 y 40 años de prisión. El caso llegó a los tribunales a petición del hospital en el que sucedieron los hechos. La familia de la paciente, en cambio, ha declarado a favor de las profesionales de la sanidad, que afirman haber actuado por "humanidad" ante una enferma que estaba en coma pero que permanecía "reactiva al dolor".
El caso ha causado un encendido debate en Francia sobre la eutanasia. Más de 2000 sanitarios han firmado un manifiesto que pide revisar la ley actual, que permite aliviar el dolor con dosis que puedan acortar la vida, pero en ningún caso acepta la eutanasia activa. El juicio ha sensibilizado a la opinión pública hasta el punto de que el 87% de los franceses se muestran favorables a la eutanasia, según un sondeo.