El arzobispo de Barcelona ha pedido “unidad” durante la celebración a la que han asistido todos los grupos municipales excepto Barcelona en Comú
“No pongamos temas que abren heridas, que dividen, cuando hay temas mas urgentes que reclaman nuestra atención, que demandan una solución que solo podemos dar todos unidos”. Con este mensaje ha querido hacer reflexionar a la clase política el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, durante su homilía en la misa de La Mercè, patrona de la Ciudad Condal.
“Que en sus actuaciones tengan en cuenta, de manera especial, a los más pobres y necesitados. Que trabajen por el bien de todos y no de unos pocos. Que desechen toda ideología excluyente. Que sientan siempre tu protección y tu consuelo maternal”, ha añadido.
La ceremonia se celebró en la basílica de la Mercé, y fue concelebrada por los obispos de Sant Feliu y Terrasa. A la misma no asistió ningún alto cargo de la Generalitat (la consellera de Presidencia, Meritxell Budó, excusó su presencia al tener que asistir al funeral del padre de Jordi Turull, uno de los políticos presos), y tampoco la alcaldesa Ada Colau, aunque sí algunos concejales de la Ciudad Condal.
A la celebración en la basílica de La Mercè, con aforo reducido debido a las restricciones sanitarias por el Covid-19, han acudido los concejales del PSC Jaume Collboni, Montserrat Ballarín, Albert Batlle, Joan Ramon Riera y Rosa Alarcón; el de ERC Ernest Maragall; el de JxCat Jordi Martí, el de Cs Paco Sierra, los del PP Josep Bou y Óscar Ramírez; y los de BCN Canvi Albert Guivernau, Joan Subirats y Jordi Daura. Es decir, concejales de todos los grupos municipales, excepto el de la alcaldesa Ada Colau, Barcelona en Comú, la confluencia de Unidas Podemos en Cataluña.
Contra el “demonio de la división”
El purpurado ha pedido a la patrona que “nos conceda la fuerza necesaria para crecer en comunión” y que “el demonio de la división, que anda merodeando por todas partes, y de la crítica, del recelo y de la sospecha, no haga mella en nosotros”. Al mismo tiempo, le ha reclamado que proteja “a nuestros gobernantes. Muchos de ellos también te llevan en su corazón. Dales acierto en sus decisiones, para que promuevan la justicia, la paz y la libertad, la convivencia pacífica y fraterna”.
En clave más intraeclesial, el prelado ha dicho que tiene como objetivo avivar en todos el deseo de ser testigos de la presencia de Dios. “Nunca ha sido fácil; tampoco lo es hoy en esta bella ciudad y en su entorno que, a veces, vive alejada del bello mensaje de paz, amor, fraternidad, salvación y vida eterna que nos ofrece Jesucristo”, ha subrayado.