Rupali Sharma, directora del Lawyering Project, explica cómo funciona la nueva ley que en la práctica veta el aborto y cómo puede ser imitada por otros estados.
Texas ha aprobado la restricción del aborto más severa de Estados Unidos. La ley conocida como SB8 prohíbe los abortos a partir de la sexta semana de gestación. Dado que muchas mujeres no saben que están embarazadas antes de ese período, es considerada prácticamente una prohibición total.
Las clínicas de abortos en ese estado han estimado que la ley impide entre el 85% y el 90% de los procedimientos que realizan. Pero la parte más impactante de la ley SB8 es cómo se hará cumplir: no será el fiscal general del estado u otros funcionarios públicos sino los ciudadanos particulares quienes delaten y demanden, por la vía civil, a quienes violen esta restricción sobre el aborto.
Si los ciudadanos demandantes ganan el juicio, se les promete un mínimo de 10.000 dólares en “daños” que los partidarios del derecho al aborto llaman “recompensa”. La amenaza del litigio y de la ruina financiera han forzado a las clínicas de abortos de Texas a acatar la ley, incluso cuando su fundamento central –prohibir el aborto– sigue siendo inconstitucional.
Este mecanismo legal ha hecho que para los grupos a favor de los derechos reproductivos sea imposible anular la ley dado que no pueden nombrar a los usuales fiscales estatales para su defensa. El Tribunal Supremo se ha negado a intervenir, argumentando en un dictamen de emergencia lanzado la semana pasada que los proveedores de servicios médicos abortivos no dicen lo suficiente sobre las “complejas y novedosas preguntas sobre antecedentes procesales” presentadas en su apelación de emergencia.
The Guardian conversó con Rupali Sharma, directora del Lawyering Project. Rupali explica el mecanismo legal que ha permitido que la SB8 entre en vigor y, en la práctica, prohíba el aborto en Texas. La conversación a continuación fue editada por motivos de extensión y claridad.
Hemos visto decenas de restricciones al aborto aprobadas por las legislaturas estatales, pero a todas se les había impedido entrar en vigor. ¿Por qué la SB8 es diferente?
Fundamentalmente, esta es una prohibición para los abortos posteriores a las seis semanas de gestación, por lo que no debería haber entrado en vigor [porque viola la sentencia federal Roe vs. Wade]. Pero Texas se dio cuenta de que las prohibiciones en otros estados eran bloqueadas por los tribunales. Entonces los legisladores decidieron intentar prohibir que fuera el estado quien haga cumplir la ley, pero poniendo a los particulares a actuar en su lugar. Esa es la diferencia clave.
La manera en que los particulares harán cumplir la SB8 será demandando a quien sea que crean que haya violado esa ley. Eso en sí mismo es absurdo, porque “violar la ley” significa ejercer tus derechos constitucionales. Pero otra razón por la que ley es tan absurda es que, por lo general, cuando demandas a alguien debes demostrar que te ha causado daño de algún modo y que tienes una conexión con esa persona y lo que han hecho. Bajo la SB8, no debes tener conexión alguna con la persona que obtiene o realiza un aborto. Basta con sospechar que alguien hizo alguna de esas dos cosas para que puedas demandarlo. No hay límites sobre quién puede demandar.
Y esas personas tienen derecho a obtener al menos 10.000 dólares en “daños”, lo que es básicamente una recompensa.
A veces la gente se confunde respecto a qué es exactamente lo que la SB8 prohíbe y permite. Por supuesto, eso es importante, pero lo que hace en realidad –además de alentar demandas que no tienen nada que ver con la SB8– es alentar a que cualquiera que se oponga al acceso al aborto, incluyendo a gente fuera del estado de Texas, demande. Esto incentiva los litigios frívolos, es decir, las demandas infundadas que apuntan a personas cuyas acciones no violan la SB8. Su objetivo no es regular los abortos, sino que las clínicas dejen de practicar abortos, apartar a los pacientes de las redes de apoyo e intimidar y hostigar a la gente que quiera ejercer su derecho. E independientemente de que las demandas sean infundadas o no, los demandados deberán contratar a un abogado e ir a la corte, y eso tiene un enorme coste financiero y emocional. En nuestros casos, algunos de los demandantes son ONG a favor del aborto y otras organizaciones que proveen asistencia, las cuales no tienen un enorme presupuesto. Para ellos, ir a los tribunales sería la ruina.
¿Cuáles son las potenciales consecuencias para los profesionales en particular?
Los médicos afrontan algunas de las consecuencias de las que ya hemos hablado, como por ejemplo no tener los recursos para combatir una demanda infundada. Pero a eso se le añaden las implicaciones para sus licencias. Por lo general, tienes que declarar si te han demandado en un contexto profesional, sin importar si esas demandas tienen asidero alguno. Antes, uno podría suponer con razón que nadie realizaría 30 demandas frívolas contra uno, pero la SB8 cambia eso. Ahora estamos hablando de alguien que ya de por sí pone su vida en riesgo para proporcionar cuidados en un estado realmente hostil y de lo que podría sucederle a su reputación como profesional. Las licencias dependen de la junta médica de cada estado, pero cuando trabajas en estados hostiles, la gente busca una razón para considerarte un profesional inmoral o incapacitado.
¿Cuán real es la amenaza de estas demandas a los profesionales y las clínicas que practican abortos?
Como el Tribunal Supremo se ha negado a intervenir, todos acatan la SB8, lo que significa que los profesionales y las clínicas no pueden hacer su trabajo. Pero no importa; seguirán recibiendo demandas infundadas. Los médicos, el personal de las clínicas, las ONG y los pacientes mismos han puesto mucho trabajo y energía en acabar con el estigma del aborto a lo largo de los años. Se han expuesto conociendo los riesgos, incluso antes de que la SB8 fuera aprobada, para posicionar al aborto como el bien que es dentro de estas comunidades. Sus nombres están allá afuera, sus caras están allá afuera porque están orgullosos de lo que hacen. Creemos que quienes quieren causar daño a los médicos y a los pacientes tienen la información para hacerlo y sin dudas se movilizarán por ello.
Ya hemos visto a Texas Right to Life (Derecho a la Vida Texas) crear ese sitio web que impulsa a sus partidarios a ingresar información y quejas sobre las personas que violen la ley. Más allá de que la gente acate o no la SB8 –aunque ya están haciéndolo–, esperamos que sean demandados de todos modos.
Aprecio que la gente quiera comprender los mecanismos privados de cumplimiento de la ley, pero también quiero que la gente recuerde que se trata de una prohibición y que todo lo demás apunta a que permanezca aislada de las revisiones judiciales.
¿La decisión del Tribunal Supremo de dejar que la ley siga en pie básicamente valida que la ley permanezca aislada de la revisión judicial?
Todo indicó que Texas había triunfado por el momento, pero no tendrán éxito al final. Tengo la total esperanza y espero que la SB8 sea revocada.
Incluso si es revocada, ¿intentarán copiarla otros estados?
Absolutamente. ¿Por qué no lo harían? Por lo general, cuando hay una restricción, la ves en otros cinco estados. Los legisladores antiaborto harán lo que sea para dar fin a los cuidados médicos, entonces, ¿por qué no habría leyes idénticas? Ese es otro motivo por el cual el Supremo debe intervenir: aunque son los texanos quienes están sufriendo ahora, no se trata solo de Texas. Es una estrategia a nivel nacional.
¿Hay algo más que la gente deba saber sobre cómo funciona la SB8?
Quiero asegurarme de que la gente entienda en qué clase de situación crítica se encuentra Texas hoy. Las citas de los pacientes han sido canceladas y nadie en el estado puede acceder a un aborto después de la sexta semana de gestación. Quizás algunos tengan dinero suficiente para viajar a otro estado y familia y amigos que puedan ayudarlos, aunque eso no lo hace menos grave. Pero hay quienes no pueden irse del estado bajo ningún punto de vista: no tienen documentación, no pueden costear conducir tan lejos, no tienen un coche en buen estado, no pueden pagar la gasolina, no pueden dejar sus trabajos, no pueden conseguir quién cuide a sus niños. Están atascados. Quiero que por un segundo la gente se concentre en los pacientes y piense en cómo debe sentirse estar atascado de ese modo.