Un decreto de 1938 establecía “previo acuerdo con las autoridades eclesiásticas”, que “en los muros de cada parroquia figurará una inscripción que contenga los nombres de los Caídos, ya en la presente Cruzada, ya víctimas de la revoluci
Coincidiendo con el “Día de la Catedral” que incluirá charlas, conferencias, conciertos y precio “simbólico” para acceder y poder visitar los interiores de esta basílica católica, el colectivo republicano de Cuenca ha vuelto a insistir públicamente a la jerarquía eclesiástica de la diócesis conquense para que dejen de incumplir la normativa de memoria histórica, concretamente su artículo número 15, y retiren los símbolos franquistas que todavía perduran en las paredes y fachadas de algunos edificios propiedad del obispado en la provincia de Cuenca.
Siendo uno de éstos símbolos incluidos en los “escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva” de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura” que marca el citado artículo 15 de la ley 57/2007, la denominada “cruz de Jose Antonio” situada en una de las fachadas laterales de la catedral de Cuenca.
Una catedral, de propiedad privada y con acceso condicionado al pago de una entrada, pero que forma parte del patrimonio cultural e histórico de la ciudad, que ha visto como por ejemplo el obispado ha recibido miles y miles de euros de fondos públicos, fundamentalmente a través del Consorcio de la Ciudad de Cuenca, para rehabilitar y restaurar algunas partes como la capilla del Espíritu Santo.
Desde Ciudadanos por la República volverán a solicitar formalmente al Sr. Yanguas, obispo católico de Cuenca, que cumpla la ley vigente y que por el respeto a la dignidad democrática y en aras de que los símbolos no supongan agravio u ofensa a las víctimas en Cuenca de la represión durante la dictadura franquista acceda a retirar las placas que perduran tanto en la catedral como en otras iglesias de la provincia de Cuenca.
Recuerdan desde el colectivo republicano que el origen de este tipo de simbología franquista está en el decreto de 16 de noviembre de 1938 de la Jefatura del Estado, encabezado por los militares golpistas contra el régimen legalmente establecido de la Segunda República, que establecía "previo acuerdo con las autoridades eclesiásticas", que "en los muros de cada parroquia figurará una inscripción que contenga los nombres de los Caídos, ya en la presente Cruzada, ya víctimas de la revolución marxista".
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