A la estela del Consistorio de Lleida, el Ayuntamiento de El Vendrell (Baix Penedès), también gobernado por CiU, comunicó ayer que presentará una moción en el próximo pleno para prohibir el uso del burka y el niqab en los edificios públicos. La decisión llega sin debate previo entre partidos y ha sorprendido al resto de las formaciones de la localidad. Incluso a Plataforma per Catalunya (PxC), el partido racista que ya presentó la misma petición hace tres años, la cual fue rechazada por unanimidad tras recibir duras críticas.
CiU, que gobierna en minoría y suele recurrir a PxC para obtener los apoyos necesarios, señala que esta vez la prohibición se aplicaría con "respeto a todas las religiones, pero también a la legalidad vigente". La moción se votará, previsiblemente, la segunda semana de junio.
"Los grandes partidos debemos mojarnos. ¿Se dejaría cruzar la frontera a alguien con el pasamontañas puesto? Debemos ser sensibles a los asuntos de la inmigración y decir las cosas claras", justificó el concejal de Convivencia y Civismo, Jaume Domingo. El Vendrell roza el 17% inmigrantes, en su mayoría de origen magrebí. Pero casi nadie admite haber visto un niqab. "Que sea anecdótico no implica que carezca de sentido. Hay delitos anecdóticos que deben vigilarse", contrapuso el concejal.
El resto de los partidos optaron por no pronunciarse antes de estudiar de la moción, aunque consideran que la medida se aviene a los intereses de CiU de agitar el debate para que se mantenga vivo hasta las próximas autonómicas. Otra fuentes señalaron que los convergentes pretenden desactivar así a PxC y seducir a parte de su electorado.
