CiU sumó hoy sus votos a los del tripartito (PSC, ERC, ICV-EUiA) para aprobar la Ley de Centros de Culto o de Reunión con Fines Religiosos en el Parlament, a pesar de la enmienda a la totalidad que había presentado en un principio, tras la eliminación del concepto de 'laicidad' en el texto y la supresión de la 'retroactividad'.
No obstante, los centros existentes tendrán cinco años para adaptarse a la ley. De este modo, la ley resultó aprobada por 119 votos a favor, 13 en contra (PP) y 1 abstención (Albert Rivera de C's), durante la celebración del pleno parlamentario al que asistieron representantes de diversas confesiones religiosas que se mostraron complacidos con la nueva normativa. Al debate final se llegó con 48 enmiendas sobre el articulado (24 de CiU, 13 del PP y 11 del Grupo Mixto).
La ley quiere dar respuesta a la realidad religiosa "plural" de Cataluña y garantizar la aplicación real y efectiva del derecho de las iglesias, las comunidades y las confesiones religiosas a establecer centros de culto. Por ello, los municipios deberán prever suelo para usos religiosos en sus planes de ordenación urbanística, de acuerdo con sus necesidades y disponibilidad.
El último redactado ha rebajado la obligación inicial de reservar suelo público para fines religiosos por preverlo de acuerdo siempre de acuerdo con su disponibilidad.
El texto también prevé crear una regulación de las condiciones técnicas y materiales mínimas de seguridad, salubridad, accesibilidad, protección acústica, aforo y evacuación de los lugares de culto. Una vez entre en vigor la ley, el Gobierno catalán dispondrá de un año para aprobar un reglamento que recoja todos estos aspectos, que tendrán un carácter retroactivo en su aplicación, si bien los centros tendrán cinco años para adaptarse a la normativa que está por hacer.
Por parte del Govern, la diputada del PSC Consol Prados, hizo hincapié en que la ley es un reconocimiento de la pluralidad religiosa catalana; el representante de ERC Miquel Àngel Estradé dijo que la ley es "necesaria" y responde a un "problema real" de localidades catalanas; mientras que la diputada Laura Massana (ICV-EUiA) aseguró que con la normativa que está por desarrollar todos los centros de culto tendrán la "dignidad, seguridad e higiene" necesarias.
PIONERA EN EUROPA
El vicepresidente de la Generalitat, Josep-Lluís Carod Rovira, apuntó en declaraciones a los periodistas que se trata de la primera ley de este tipo que se aprueba en Europa, por lo que a su entender Catalunya ha dado una vez más una "lección de modernidad democrática".
La ponente de CiU, Glòria Remon, se felicitó por las enmiendas que, según comentó, consiguió introducir su grupo parlamentario para mejorar la ley. Según la diputada, el proyecto de ley representaba un "ataque directo al pasado", al extender la regulación también a centros católicos antiguos que deberían adaptarse, si bien ahora éstos tendrán un "tratamiento suave".
Asimismo, se mostró complacida por la eliminación del termino "laicismo", si bien se mantiene el de "laicidad", y pidió la elaboración de una memora económica para que los centros puedan gozar de ayudas para remodelar sus locales.
El PP se quedó solo en su rechazo a la ley, ya que tal y como defendió su diputada María Ángeles Olano, se trata de una ley "innecesaria" y ya existían suficientes herramientas para abordar la apertura de centros de culto.
Los diputados del Grupo Mixto evidenciaron nuevamente su división, ya que mientras Albert Rivera (C's) se abstuvo, por entender que si bien la ley contiene "elementos positivos" no era necesario elaborar un proyecto legislativo; José Domingo y Antonio Robles votaron a favor.
Para la elaboración de esta nueva normativa, la primera de este tipo en España, el Govern se ha reunido con 27 entidades religiosas. En Catalunya existen 3.449 centros religiosos: 2.500 católicos, 453 protestantes, 169 islámicos, 150 de testigos de Jehová, ocho de otras confesiones distintas y cuatro sinagogas judías.