EL PAÍS emprendió en 2018 una gran investigación sobre la pederastia en el clero que ha dado voz a cientos de víctimas ocultas. Finalmente, en 2022 forzó una auditoría en la Iglesia y una comisión de la verdad del Defensor del Pueblo, un camino que culmina hoy con el primer informe oficial sobre esta lacra
La pederastia en la Iglesia española era un problema blindado por el silencio impuesto por la jerarquía eclesial. En el verano de 2018, EL PAÍS inició una investigación sobre los abusos sexuales a menores cometidos por clérigos. Hasta entonces solo habían surgido casos aislados en la prensa local y la investigación de El Periódico en los maristas de Cataluña, en 2016. En la primera información, publicada en octubre de 2018, la respuesta de la Iglesia era el silencio y este diario contabilizó solo 36 casos judicializados con sentencia condenatoria, y dos más instruidos en los tribunales eclesiásticos. El periódico decidió entonces abrir un correo electrónico para que las víctimas pudieran contar sus historias.
En los últimos cinco años, EL PAÍS ha publicado decenas de reportajes que revelan que la realidad dista mucho de los “casos aislados” de los que hablaba la Conferencia Episcopal Española (CEE). En los últimos 80 años la impunidad de los pederastas había sido total, sus superiores lo sabían en muchas ocasiones y su reacción fue simplemente el traslado y el silencio. En 2021, la investigación de EL PAÍS dio un paso más y entregó un informe al Vaticano y a la CEE con 251 casos inéditos. La Iglesia se vio obligada a cambiar su discurso y encargó una auditoría a un bufete de abogados para investigar los abusos del pasado. El Congreso de los Diputados también encomendó al Defensor del Pueblo una investigación.
