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Chapuzas, obras sin licencia y atentados de la Iglesia contra un “tesoro arqueológico” declarado Bien Cultural en Cabra (Córdoba)

Cabra es una bella población cordobesa de aproximadamente veinte mil habitantes enclavado en la comarca de la Subbética Cordobesa. Además de la naturaleza que la adorna en pleno parque natural, su singular fisonomía viene marcada por el rico patrimonio histórico y cultural que posee y que, en un simple recorrido por sus templos, calles y barrios, se percibe.

Es fácil entender que tanto la propia población como, hasta ahora las instituciones hayan velado por el mantenimiento, cuidado y rehabilitación de su patrimonio siempre en línea con la legislación y atendiendo los permisos y licencias especiales que se requieren.

La “Parroquia”, un BIC orgullo local

Uno de los mayores tesoros arqueológicos del municipio egabrense y emblema que esgrimen con orgullo la mayor parte de los egabrenses, más allá de su condición religiosa, es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles. La “Parroquia”, como popularmente se la conoce, es un templo catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) enclavado en el barrio histórico y más antiguo de Cabra, el barrio de la Villa, junto al castillo de Cabra y con la muralla antigua de protagonista. Su importancia además viene datada por el origen de la iglesia que se produce tras la conquista de la ciudad a manos de Fernando III en 1240, al decidir dedicar esta antigua mezquita musulmana a la Asunción de María. Ocupa el centro de la plaza de este barrio y como reseñamos está construida sobre una antigua mezquita, sirviendo su minarete como torre para las campanas.

Obras de “tapadillo”

Sirva esta introducción y muestra de la riqueza patrimonial para hacerse una ligera idea de por qué ha supuesto todo un terremoto social y cultural el conocimiento que se tuvo la pasada semana de que se estaban realizando obras en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles de una forma como de “tapadillo” por parte de los responsables religiosos. Obras de distinta dimensión y afectando a partes importantes desde el punto de vista artístico.

Dos iglesias con obras sin permiso

Pero además para mayor disgusto también se conocían al mismo tiempo que se han realizado más obras en otro templo de gran importancia antigüedad. Se trata de la Iglesia de San Juan del Cerro, otra joya del rico patrimonio local ubicado en un barrio cercano de casas blancas y de gran riqueza, belleza y valor histórico y urbanístico. Se da la circunstancia de la que esta iglesia, una auténtica joya y el templo más antiguo de la ciudad (fundada en el s.VII por el obispo de Egabro, Bacauda), depende de los responsables de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles.

Avisan al pleno del Ayuntamiento

Las obras que se está realizando en la “Parroquia” incluían “la modificación de elementos artísticos y la transformación de elementos arquitectónicos sin los imprescindibles permisos preceptivos por ser BIC, tanto de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía como del Ayuntamiento de Cabra, y sin contar además con el asesoramiento de expertos en restauración del patrimonio ni proyecto autorizado por la administración autonómica”. La denuncia, así literalmente formulada, fue formulada así ante el pleno del Ayuntamiento de Cabra por el portavoz del grupo político independiente “Unidad Vecinal Egabrense”, Manuel Carnerero.

La prensa local al frente de la denuncia

Carnerero, ahora en la oposición, es un político bregado en la lucha pues ya ha sido en distintas ocasiones edil de Izquierda Unida y ha compartido también responsabilidades de gobierno, denunciaba que son varias obras las que están en curso en este BIC. Un periódico comarcal combativo y con sede en Cabra, “Sur de Córdoba” se hacía eco, casi en solitario, de la denuncia advirtiendo de los posibles daños que podría haber sufrido el “Ara Bacauda”, una de las piezas más relevantes y de alto valor del patrimonio arqueológico egabrense tras la realización de una serie de obras de albañilería realizados en la iglesia de San Juan del Cerro. Como se ha mencionado, esta iglesia es dependiente de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles.

El Ayuntamiento se entera por la prensa

Ante la denuncia y preguntas al pleno del portavoz de “Unidad Vecinal Egabrense”, el equipo de Gobierno del Partido Popular no supo que contestar sobre este asunto. El delegado del área correspondiente a Patrimonio comentó que se habían enterado ahora del asunto por la polémica surgida.

Llueve sobre mojado

Según ha informado “Sur de Córdoba” todo indica que los hechos presuntamente delictivos que se han cometido en ambas Iglesias no son nuevos. Este medio comarcal ha podido conocer que las obras de la Parroquia de la Asunción y Ángeles comenzaron antes de la Semana Santa del año 2018, cambiando los púlpitos de sitio y la pila bautismal, todo debido a la singular voluntad del párroco.

Interior iglesia

Atentados contra el patrimonio

Profundizando más en la información también se ha averiguado que tras ello comenzó el cambio del retablo de la Virgen del Carmen, “tirando el tabique donde estaba y situándolo en uno posterior que antes quedaba oculto. De esta manera se tiene acceso a una habitación donde se ha colocado un velario y antes estaban los tesoros de la iglesia, los cuales han pasado a la sacristía. En el nuevo montaje y al no encajar perfectamente, unos carpinteros usaron “nuevos tornillos sobre las antiguas tablas policromadas, que finalmente fueron repintadas, no respetándose el pan de oro original y repintándose con pintura de purpurina”. También el retablo conocido como de los “Santos médicos” fue repintado.

Desaparecen tres imágenes

Nuevas averiguaciones constaron que tres imágenes pertenecientes a los fondos de esta institución y que se guardaban en un almacén, han sido colocadas en la ermita de la Virgen de la Sierra, sin concretar si han sido donadas a la Archicofradía o cedidas. Y para colmo de las chapuzas en la Parroquia hay indicios de que se restauró la imagen titular, la Virgen de la Asunción que está en el altar mayor, también sin permiso alguno y por una persona no cualificada como restauradora.

En el colmo de las extravagancias y de la ignorancia artística, se ha colocado en la fachada principal de la Iglesia un monolito con un Corazón de Jesús, en abierta contradicción con la fachada barroca.

Un vecino avisó a la Junta de Andalucía

También de las indagaciones de este medio digital de la comarca se h constatado que un ciudadano se dirigió a principios de julio a la Junta de Andalucía en Córdoba, dando cuenta de todo esto y preguntando si las obras contaban con la autorización necesaria para actuar sobre un bien del Patrimonio Histórico catalogado e inscrito como BIC. En el escrito se detallaba que “se han realizado restauraciones en imágenes, retablos, se han abierto huecos y modificado puertas y otros elementos, y se ha instalado una escultura de escasa calidad artística sobre un pedestal en la puerta del templo junto a la portada barroca”. De confirmarse estas irregulares actuaciones sin los permisos correspondientes nos hallaríamos ante a una infracción de la normativa vigente.

El mayor de los despropósitos a una iglesia del siglo VII

En relación a las obras en el otro templo, la Iglesia de San Juan del Cerro, parece que es allí donde se habría cometido el mayor de los destrozos, ya que el Ara del obispo Bacauda “ha sido cortada por la parte superior y por la inferior, por la superior puede ser con un disco de lijado (sin saber cuántos centímetros se han suprimido, y por la inferior ha desaparecido la piedra que hacía como de peana antes de llegar a las inscripciones. Hay que saber que esta pieza arqueológica que apareció en el yacimiento de El Campillo, en el término de Cabra muy cerca de la cercana aldea ruteña de Zambra, es del año 650 (d.c.), siglo VII en la época visigoda, mide originalmente 1,15 m. de altura, 42 cm de anchura y 28cm. de profundidad constituyendo uno de los mayores tesoros arqueológicos de la ciudad por su singularidad.

Atentado irreversible contra el patrimonio

El Ara es una pilastra con letras góticas que consagra la iglesia a Santa María en el 650 después de Cristo. Es reconocida como la epigrafía mariana más antigua de la diócesis cordobesa. Bacauda fue un importante prelado de la época que participó en el Concilio de Toledo. Según Sur de Córdoba la joya arqueológica ha sufrido todas esas modificaciones para que, presuntamente, pudiera ocupar el sitio actual, debajo de la mesa del altar mayor, y ha sido metida en una urna de cristal o metacrilato como se aprecia en las imágenes. También se ha superpuesto en esta iglesia un suelo nuevo. Se teme que las nuevas losas, que son de las que se comercializan para las viviendas, dejen sin el efecto antihumedad de las que están debajo. Una tumba situada en el suelo, también ha sido cubierta con metacrilato para ponerla a ras del nuevo pavimento, y parece que ya se observan signos de humedad. Todo indica que estas obras realizadas el verano pasado, carecen de la solicitud del permiso correspondiente del Ayuntamiento.

El párroco: “Prefiero pedir perdón a pedir permisos”

Ahora, tras esta polémica, comienzan a conocerse detalles tales como que algunos vecinos cercanos a la parroquia de Asunción y Ángeles y a la iglesia del Cerro (bien por ser feligreses o por ser cofrades) se opusieron a todas estas actuaciones que el párroco quería llevar a cabo y que fueron conocidas en círculos reducidos y no tan ampliamente como ahora. Es más, algunos de estos vecinos discutieron con el párroco sin que este les hiciera el menor caso manifestando este sacerdote durante una homilía que “él haría lo que quisiera mientras no les pareciera mal a las personas que van todos los días a sus misas”. En frase de Grace Hopper y que se le atribuye al párroco, este dijo lo siguiente: “Prefiero pedir perdón a pedir permisos”.

De comprobarse la irregularidad de estas obras nos hallaríamos ante un caso de delitos castigados con multas que alcanzarían cuantías elevadas e incluso penas de prisión.

El Obispado “escurre el bulto”

Tras saltar la polémica el Obispado de Córdoba ha reconocido que las obras se han desarrollado sin solicitar permiso. También se manifiesta dispuestoasumir las consecuencias administrativas de estas actuaciones tras la realización de las inspecciones de la Junta de Andalucía. Desvela el Obispado que las obras fueron ejecutadas hace  quince meses hallándose finalizadas. Achaca el Obispado el hecho que se hayan conocido ahora a “rencillas internas de una persona con la comunidad parroquial” y que las obras se ejecutaron de esta manera “guiados por la buena fe”. Además imputan la responsabilidad al párroco aunque con el apoyo de los consejos parroquiales que respaldaron la realización de las obras. Escurre el bulto afirmando que “los responsables del Obispado “ni tenían conocimiento ni dieron su permiso a las actuaciones”.

Piden la comparecencia de la consejera de Cultura

El Grupo Parlamentario Socialista ha solicitado la comparecencia de la consejera Patricia del Pozo para que explique ante la Comisión de Cultura y Patrimonio Histórico del Parlamento andaluz todo este desaguisado. En unas declaraciones del parlamentario andaluz Juan Pablo Durán, se afirma que “es preocupante que la propia delegada territorial de la Consejería de Cultura Córdoba haya afirmado que su delegación nunca ha autorizado dichas actuaciones y que el Ayuntamiento egabrense tampoco tuviera conocimiento de las mismas hasta que se ha presentado una denuncia”. “Los daños al ‘Ara de Bacauda’, uno de los mayores tesoros arqueológicos de Cabra, pueden ser irreversibles y es necesario que desde el Gobierno andaluz se explique qué ha ocurrido, qué medidas va a adoptar para que esto no vuelva a repetirse y si se van a pedir responsabilidades a quienes han llevado a cabo estas actuaciones”.

Ahora que se está planteando que la Iglesia Católica deje de ahorrarse miles de millones en exenciones fiscales y contribuya como “Dios manda” al erario público, los obispos se defienden argumentando que la Iglesia sirve a la sociedad y ahorra dineros al Estado manteniendo sus templos y preservando su patrimonio artístico. No parece, viendo este ejemplo, que ese sea el modelo. La pregunta que cabría hacerse sería cuantos casos más ocurren entre los miles y miles de elementos artísticos propiedad de la Iglesia o si son caos aislados.

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