El jueves 26 de julio, se ha celebrado una vista previa a la resolución sobre el recurso judicial de Europa Laica a la concesión de la medalla de oro de la Ciudad de Cádiz a la imagen de la virgen del Rosario. Esta vista ha sido solicitada por la personación particular de la orden de los Dominicos. Han participado como testigos varios concejales de los partidos Popular y Ciudadanos, un historiador elegido por la congregación religiosa y un representante de la misma.
Los testigos aportados por la congregación religiosa, afirmaron que el reglamento de honores y distinciones se interpreta de forma laxa, entendiendo, contradictoriamente, que en realidad no se otorga la medalla a la imagen de la virgen del Rosario sino a la congregación religiosa que la custodia. Esto contradice el texto de la propuesta de concesión de la medalla por el Ayuntamiento de Cádiz que dice textualmente «atendiendo a la solicitud del Convento de Santo Domingo, se propone conceder a la Santísima Virgen del Rosario, Patrona de Cádiz, la Medalla de Oro de la Ciudad»; e intenta salvar la interpretación, nada ambigua, del reglamento de honores y distinciones «La Medalla de la Ciudad podrá concederse a personas físicas o jurídicas.
Nada se profundizó en los supuestos milagros* realizados en siglos pasados por la imagen de la virgen del Rosario, que en el expediente aparecían como argumentos principales para la distinción honorífica. Argumentos que leídos en documentos oficiales, en pleno siglo XXI, no dejan en buen lugar a la principal institución de esta ciudad y a sus habitantes.
El perito historiador, invitado por la orden religiosa, aseguró que la virgen María era un personaje histórico real, no mitológico, basándose en los evangelios (incluidos los apócrifos), documentos de obispos gaditanos e incluso en el corán, escritos centenares de años después de su posible existencia terrenal, como si estos tuvieran valor jurídico. Obviando, además, que este supuesto personaje histórico, de hace 20 siglos, ya tiene la misma distinción (medalla de oro) concedida con anterioridad en la advocación de otras imágenes. Es la quinta medalla de la ciudad a la misma «persona histórica».
Todo un bochorno judicial para Ayuntamiento y buena parte de los gaditanos gracias a los votos del PCSSP (Podemos y otros), PP, PSOE y Ciudadanos (con la honrosa excepción de Ganar Cádiz -IU y otros-) para contentar a grupos religiosos que quieren imponer su religión y sus símbolos al conjunto de la ciudadanía, burlando la aconfesionalidad del Estado que dicta la Constitución Española.
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*Anexo: Méritos atribuidos: Transcripción del escrito rubricado por el Sr Alcalde de Cádiz en año 2017, siglo XXI.
“1646: Durante la epidemia de peste que asoló la ciudad, el 1 de marzo el Cabildo (antigua denominación del Ayuntamiento) organiza rogativas y una procesión de la imagen de la Virgen hasta la catedral.
1730, durante la epidemia de fiebre amarilla. D. Simón de Villalta, capitular del cabildo (antigua denominación del Concejal) propone con éxito que toda la Corporación asista a una Función Solemne a modo de voto ante la imagen de la Virgen para siempre, cada 7 de octubre.
1 de noviembre de 1755, fecha del maremoto de Cádiz, los frailes dominicos atendiendo a las demandas de los ciudadanos que se habían refugiado en la Iglesia de Santo Domingo, sacan en procesión la imagen de la Virgen hasta el altozano de la Muralla para conjurar el cese de la violencia del mar.