La reunión es a petición de los obispos, que se enteraron por los medios de la reforma.
La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, y el nuevo secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE) se reunirán el próximo 3 de diciembre para debatir los cambios en la clase de Religión que prepara el Gobierno dentro de su reforma educativa.
Así lo ha avanzado, el secretario general saliente de la CEE, José María Gil Tamayo, que ha explicado que esta reunión se produce después de que los obispos españoles hayan remitido una carta a Celaá tras conocer por los medios de comunicación la reforma que prepara Educación y que afecta, entre otras cosas, a la asignatura de Religión.
La reforma educativa que prepara el Gobierno plantea reforzar el principio de no discriminación por género en el régimen de conciertos. En particular, planea eliminar la referencia a que la educación diferenciada no se considera discriminación por género y reforzar la prioridad en el régimen de conciertos para los centros que se organicen bajo el principio de coeducación.
En cuanto a la asignatura de Religión, como ya se había anunciado, no computará para la nota media en los procesos de acceso a la universidad ni las becas, no existirá alternativa y se dejará de considerar materia específica en Bachillerato.
En la misiva, Gil Tamayo ha trasladado a la ministra la sorpresa de los obispos al conocer el contenido de la reforma que prepara Educación a través de los medios de comunicación y que «la CEE no haya sido llamada a dar su opinión» a pesar de que -ha dicho- el 70% de los alumnos escoge la clase de religión.
Según la «Propuesta para la Modificación de la Ley Orgánica de Educación», elaborado por Educación, la Religión ya no será materia de oferta obligatoria en 1º y 2º de Bachillerato ni su calificación contará en la nota media de acceso a la Universidad.
El portavoz de la CEE se ha mostrado dispuesto a debatir sobre si la asignatura de Religión debe o no contar para la nota media, pero ha defendido que deber ser evaluable como cualquier otra materia. Gil Tamayo ha lamentado que desde hace años la Educación ha dependido de las alternancias políticas y ha considerado que es la «gran cuestión pendiente de nuestra vida democrática».
Además, y en un momento en el que la propia composición del arco parlamentario requiere de mayor diálogo, el portavoz de los obispos ha afeado que el PSOE «rompiera» el Pacto Educativo saliendo del pacto constitucional. «Ahora se ha vuelto a una dinámica de falta de diálogo, una dinámica de deterioro de la ley, una dinámica impositiva, una dinámica de que quien tiene la mayoría numérica, tiene la fuerza impositiva para el resto de los ciudadanos y de los padres», a pesar de que la Educación en un derecho fundamental.
Ante esta situación, Gil Tamayo no ha dudado en calificar esta etapa de «prepotente» y restrictiva. Ha defendido la permanencia de los colegios que segregan por sexo y ha recordado que el Tribunal Constitucional ha calificado de legítima la existencia de estos centros. «Hay que dejar las ideologizaciones fuera y aprender la ecología de lo humano, y la ecología de lo humano es diferenciada por naturaleza», ha señalado al respecto.