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El sacerdote agustino leonés recibe la Medalla al Mérito Profesional por su labor de cooperación al desarrollo a través de su labor en Bolivia con ‘Hombre Nuevos’
El sacerdote agustino Nicolás Castellanos, el obispo leonés que cambió la púrpura por el barro, ha sido condecorado este viernes con la Medalla al Mérito Profesional de Castilla y León por su labor de cooperación al desarrollo a través de una ingente labor en Bolivia que suma ya tres décadas.
Después de trece años como obispo de Palencia (1978-1991), pidió la dispensa a Juan Pablo II, cambió la mitra por el chullo y la capa por el poncho pero mantuvo el símbolo del palio para desempeñar, a partir de 1992, una labor humanista, religiosa y social en una de las zonas más deprimidas de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia).
¿Quién condecora a quién, la Junta de Castilla y León a Nicolás Castellanos con la Medalla al Mérito Profesional o al revés? No ha respondido el galardonado pero sí se ha referido al significado de una distinción «que pone sobre la mesa el problema de la ignonimia y la pobreza de la humanidad», manifestó tras recibir el emblema. A sus 87 años, este leonés de Santa María del Páramo abrazó la opción de los pobres cuando en 1992 creó la Fraternidad ‘Hombres Nuevos’ y se embarcó en un proyecto que suma ya tres décadas, para asistir en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) a los marginados del Plan 3000 a través de escuelas, comedores y templos que le solicitaban.
Allí descubrió «los grandes valores del pobre, personas que piensan, sienten y son solidarias» entre sí para sobrellevar su situación, continuó Nicolás Castellanos acerca de quienes considera «mi gente, mi familia».
«En el norte tenéis todos los medios para vivir pero carecéis de razones para vivir, mientras que aquí carecemos de todos los medios pro nos sobran razones para existir», ha resumido durante su intervención después de que el consejero de la Presidencia, Jesús Julio Carnero, prendiera la medalla en la solapa de su chaqueta.
‘Hombres Nuevos’ «trabaja para reducir las fronteras de la pobreza a través de la dignidad, libertad y amor mediante la educación integral de todos los hombres y mujeres», ha resumido su labor humanista de tres décadas en un país de 12,5 millones de habitantes donde ha promovido la creación de un centenar de escuelas. «Hemos demostrado que es posible otra Bolivia y una Bolivia más habitable para todos, pero para ello hay que echar puentes desde la periferia hacia el centro porque da buenos resultados», ha reflexionado.
Colegios
Entre los logros de ‘Hombres Nuevos’ destaca la gestión directa de una quincena de colegios, la escolarización de 15.000 menores y una facultad de teatro, escuelas de música, internados para evitar traslados de horas de duración de los alumnos en el altiplano, instalaciones deportivas, comedores infantiles, viviendas sociales y programas culturales.
Todo ello se resume, en palabras del consejero de la Presidencia, Jesús Julio Carnero, en «una generosidad infinita por el trabajo sin descanso realizado en favor de la paz, la solidaridad, la tolerancia, el respeto a los derechos humanos y la cooperación al desarrollo, contribuyendo significativamente a la prosperidad de los más pobres y desfavorecidos de nuestra sociedad».
Nicolás Castellano, nacionalizado boliviano, recibió en 1998 el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia y años más tarde el Premio Castilla y León de Valores Humanos (2001); y la Medalla de Oro al Trabajo del Gobierno de España (2006).
Uno des sus últimos proyectos es la recuperación en el altiplano boliviano de una iglesia arruinada que levantaron los misioneros agustinos, antepasados de su orden, durante el siglo XVII en el entorno de Sora Sora, uno de los pueblos coloniales más antiguos de la zona.