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Las grúas trabajan en la retirada de la cruz franquista de Castellón.

Castelló retira la cruz franquista del Parque de Ribalta tras cuatro años de pugna judicial con los ultras

El Ayuntamiento desmonta el monumento a los caídos, pese a las denuncias de la asociación de Abogados Cristianos y una concentración de grupos ultras

El Ayuntamiento de Castelló de la Plana retira la simbología franquista del Parque de Ribalta tras cuatro años de conflicto con asociaciones ultras. La empresa adjudicataria ha trasladado este miércoles la cruz, que será cedida al arzobispado de Segorbe-Castelló, e inicia los trabajos de retirada del conjunto del monumento a los caídos, que finalizará en seis semanas. Pasadas las seis de la tarde, la cruz creada para enaltecer el franquismo tras la guerra ha sido retirada.

El consistorio municipal ha vivido un auténtico viacrucis para retirar los vestigios franquistas del parque y dar cumplimiento a la ley de memoria histórica. El equipo de gobierno local, formado por PSPV, Compromís y Unides Podem, se ha topado en los últimos cuatro años con el torpedeo del PP, Ciudadanos y la asociación ultracatólica Abogados Cristianos, que ha recurrido las decisiones relacionadas con la retirada, tanto por la vía administrativa como por la judicial. Esta fundación se querelló contra la concejala de Memoria Democrática, Verónica Ruiz, acusándola de prevaricación por los planes de derribo del monumento.

La retirada del monumento franquista ha provocado una escalada de tensión en la ciudad en el último mandato que ha culminado este miércoles con una concentración para evitar su traslado. Dirigentes del PP y de la fundación ultracatólica se han concetrado para pedir la paralización. A su vez, un grupo de ultras han hostigado a los dirigentes de Compromís que han acudido a las obras, como el senador Carles Mulet y los concejales de la coalición, escoltados por agentes de la Policía Nacional, a quienes han gritado “terroristas”, entre insultos y agresiones verbales.

La cruz se intentó retirar el pasado agosto, pero el proceso quedó paralizado. Varios problemas con la infraestructura y la petición de la empresa de detener el trabajo por un recurso interpuesto por la asociación Abogados Cristianos dejaron a medias el desmontaje. En el segundo intento, la adjudicación de la obra quedó desierta.

El monumento se considera un vestigio del franquismo, según la Ley de Memoria Democrática y es lugar de reunión para quienes enaltecen la dictadura celebrando el 20N. La cruz se construyó 1944 con la leyenda “en honor a los caídos por Dios y por España”, que se modificó en 1979 para rezar: “A todas las víctimas de violencia”. Para la oposición, ese cambio en la inscripción supone una resignificación del monumento que, a su criterio, pasa a ser meramente religioso. La cruz latina se ha cedido al arzobispado de Segorbe-Castelló y el monumento a los caídos será retirado por completo en seis semanas, recuperando la estructura del parque de 1926.

Cumplimiento de la ley de memoria democrática

Los concejales del Ayuntamiento de Castelló defienden que la retirada del monumento se realiza en cumplimiento de la ley de memoria democrática, aprobada por el Congreso en 2017. La concejala de Memoria Democrática, Verónica Ruiz, ha considerado que es “un día histórico para la democracia pese a que cuatro personas lancen consignas que atentan contra la democracia”. “Es un día en que cumplimos con la ley de memoria democrática”, ha recalcado, celebrando que los dos últimos recursos judiciales contra la retirada de la cruz, interpuestos por Vox y Abogados Cristianos, han sido desestimados.

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