El Ayuntamiento de Castelló -formado por PSPV, Compromís y Podemos- ha dado inicio a los trabajos de retirada de la cruz del Parque Ribalta, entorno que quedó este martes ya perimetrado, entre concentraciones de apoyo y rechazo a este traslado, que se lleva a cabo en aplicación de la Ley de Memoria Democrática y que, para la concejala del área en el consistorio, Verónica Ruiz, supone una «buena noticia» tanto para la ciudad como para sus vecinos.
El arranque de las obras se había fijado para este miércoles si bien, según ha detallado el diputado de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, la empresa encargada de los trabajos ha pedido unos «días más» para poder encofrar bien la cruz, que se entregará a la Diócesis de Segorbe-Castellón para que se encargue de ella. La entidad ha decidido que se ubique en la explanada de Santo Tomás de Villanueva.
«Este día es importante porque hace 79 se erigió este monumento para confrontar a la sociedad y hoy se ha visto perfectísimamente cómo sigue siendo un monumento que crea confrontación social», ha señalado Verónica Ruiz, quien ha añadido que es un día «de enhorabuena» por «quitar un vestigio franquista de la vía publica».
Junto a Ruiz y Baldoví han acudido al Parque Ribalta el secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedéu o el exconseller de Cultura Vicent Marzà, entre otros. La portavoz del Consell y vicepresidenta, Aitana Mas, ha subrayado en un tuit que este día es «histórico para Castelló y para una sociedad que cree en la Justicia y los derechos sociales». En contra del traslado, se han posicionado y concentrado Abogados Cristianos, Vox o el PP municipal.
Los trabajos continuarán para revestir de madera el símbolo de la cruz y poder ser trasladada al Obispado, ha dicho la edil, quien ha sostenido que cumplir la Ley de Memoria Democrática es «avanzar en la calidad democratica y hacer algo que se hubiera tenido que hacer cuando arrancó la democracia en los 70 y no 79 años después de la construcción» de la cruz.
En esta línea, Baldoví ha calificado de «significativo» el día y ha hecho hincapié en que la coalición ha intentado desde todas las instituciones «algo tan razonable como que se cumpliera la ley de Memoria Histórica». «Ha habido durante muchos años un vestigio impuesto que mucha gente ha tenido que aguantar», ha apuntado, para congratularse de que «se cumpla la ley; da igual que sea hoy o dentro de una semana pero al final ha ganado el sentido comun, la ley y el respeto a los valores democráticos».
La ejecución del proyecto que incluye la retirada de la cruz se prevé que tenga una duración de seis semanas y tiene también como objetivo recuperar el espacio ajardinado. Por tanto, a lo largo del período se trabajará en el acondicionamiento e integración del espacio.
En primer lugar, se procederá a derribar la estructura de hormigón y mármol, así como las escaleras que se encuentran en la cruz. En caso de sufrir algún daño la cruz durante su retirada será reparada por Solaris Purgare, empresa adjudicataria de este proyecto del Acord de Fadrell.
«DECISIÓN TOTALITARIA»
En protesta por la retirada se han concentrado, entre otros, miembros de la asociación Abogados Cristianos. El director de Campañas esta entidad, Norberto Domínguez, ha asegurado a los medios que esta ha sido una «decisión totalitaria» y «un ataque» a un símbolo religioso de Castelló, «a su patrimonio y a su historia».
Domínguez ha acusado al consistorio de no ser la primera vez que «ataca a nuestra libertad y no podíamos quedarnos con los brazos cruzados». Abogados Cristianos anunció este martes la presentación de una querella contra la concejala Pilar Escuder por un presunto delito de prevaricación tras anunciarse la retirada de la Cruz y nuevas medidas cautelarísimas en el juzgado para protección del derecho fundamental a la libertad religiosa.
La entidad espera se paralice este traslado «que está lleno de irregularidades por parte del Ayuntamiento». «Vamos a seguir luchando para que la Cruz del Ribalta se quede donde debe estar, que es en el Parque Ribalta» porque «no hace daño a nadie, la libertad religiosa tiene una dimensión pública que no se puede negar; lo ha dicho la más alta jurisprudencia europea», ha zanjado.
La portavoz adjunta de Vox en Les Corts, Llanos Massó, ha estado presente en la convocatoria de Abogados Cristianos, donde ha exihibido un cartel con el lema ‘La cruz no se toca’. Vox subraya que se han presentado «57.472 firmas contra esta aberración», que califica de «un ataque a nuestros símbolos religiosos, patrimonio e historia».
«MONUMENTO RESIGNIFICADO»
Por su parte, la portavoz del PP en el consistorio, Begoña Carrasco, y otros ediles del partido, se han concentrado junto a personas que se oponen al traslado y ha reivindicado que la Cruz del Ribalta «es desde 1979 un monumento resignificado y desde hace 43 años rinde homenaje a todas las víctimas de la violencia, sin distinción; por eso debe quedarse donde está».
Carrasco ha exhibido el acuerdo plenario del 31 de mayo de 1979 «donde queda constancia del acuerdo para resignificar el monumento que se compone de una cruz cristiana sobre un pedestal». «Aquel día se aprobó su resignificación para que nos representara a todos. Por tanto, la Cruz del Ribalta no solo es un símbolo religioso», ha dicho.
En esta línea, ha apuntado que rechazan «más divisiones ni bandos, nosotros abogamos por el Castellón de todos. Memoria, libertad y democracia para todas las víctimas de la violencia sin distinción es lo que representa este monumento que, por una decisión política a cuenta de la ideología, ahora se empeña el gobierno de Amparo Marco en retirar».
La portavoz ‘popular’ ha criticado que «se priorice destinar 80.000 euros a la retirada de esta cruz para dividir a los castellonenses. Pedimos al gobierno de PSOE, Compromís y Podemos que se centren en resolver los problemas reales de los vecinos de Castellón».