La ayuda municipal para las cofradías se mantiene en 183.000 euros por cuarto año seguido; al acto asistió menos gente que de costumbre
Las cofradías cumplieron anoche con la tradición de anunciar a toda la ciudad que habrá procesiones de Semana Santa. Lo hicieron tras unos cabildos generales de Miércoles de Ceniza que vinieron a ratificar los temores de los dirigentes de la Junta de Cofradías, preocupados por la pérdida de asistentes cada año. Apenas mil personas acudieron a la Llamada, dejando grandes claros y casi la mitad de la Plaza del Ayuntamiento vacía, en una noche más fría por el viento que por la temperatura (12 grados) tras la lluvia y con un partido europeo del Real Madrid televisado a la misma hora.
En ese ambiente, los procesionistas llegaron hasta el Palacio Consistorial para comunicarle a la Corporación Municipal la principal decisión adoptada en los cabildos generales. Y, de paso, recoger el cheque con la subvención directa que entrega el Ayuntamiento a las cofradías para costear la organización de sus desfiles. Aunque había expectativas de que la cantidad iba a ser superior a los 183.000 euros de los tres últimos años, por ser 2015 doblemente electoral, el cheque siguió ‘congelado’. Desde el balcón del Palacio Consistorial, la alcaldesa, Pilar Barreiro, recordó a los procesionistas que ése no es el único «combustible» que proporciona el Ayuntamiento a las cofradías: también está el trabajo de los funcionarios que colaboran para que todo salga como está previsto en la gran semana festiva de la ciudad.
Previamente, el presidente de la Junta de Cofradías y nuevo hermano mayor del Resucitado, Bernardo Simó, había agradecido todas las ayudas y se había comprometido a devolverle con creces a Cartagena en Semana Santa lo que ella le anticipa ahora.
Tradición garantizada
La primera autoridad municipal recordó a los asistentes que, desde antiguo, la Llamada tiene una finalidad informativa: dar a conocer a los cartageneros que sus cofradías organizarán procesiones de Semana Santa. Y que hubo tiempos en que no se celebró, en referencia a los años de precariedad en los que las cofradías reclutaban portapasos a golpe de jornal y organizaban actividades atípicas para recaudar fondos con los que ‘echar’ sus tercios y tronos a la calle. Pero ahora la tradición está garantizada, dijo: «Hace muchos años que hay cartageneros suficientes para vestir túnicas y completar varas».
Gracias al compromiso de los procesionistas, insistió la regidora, la Llamada ya es un acto tan fijo en el calendario como las propias procesiones y elogió el esfuerzo que realizan las cofradías para mantener el legado cultural y la tradición. Antes de entregar el cheque a Simó, -«Cuidado, que no se vuele», advirtió Barreiro, a lo que respondió un espectador desde abajo: «¿Es que va al portador?»-, la alcaldesa animó a los procesionistas a vivir estas fechas con entusiasmo.
A la tradicional voz de «¡Música y a la calle!», pronunciada por Barreiro aún desde el balcón, la banda de música respondió en la plaza interpretando el ‘Himno a Cartagena’, antes de atacar las marchas propias de este día. Después, autoridades, hermanos mayores, directivos y procesionistas acudieron en comitiva hasta la basílica de la Virgen de la Caridad para hacer la primera ofrenda de Cuaresma. A partir de ahora se sucederán los preparativos. La cuenta atrás para el Viernes de Dolores ha comenzado.