Por supuesto, la libertad de conciencia, en la que se incluye la libertad de religión, es irrenunciable. Pero la iglesia es cómplice de su vulneración cuando acepta mantener los privilegios que tiene la religión católica en detrimento y discriminación respecto a las demás opciones de pensamiento y conciencia. Y una de esas vulneraciones es mantener el adoctrinamiento o la evangelización católica en la escuela, que es lo que parece defender con esa «libertad religiosa» que reclama.
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha calificado, respecto al debate actual en torno a la posibilidad de modificación de la Constitución, de «irrenunciables» ciertos derechos que en ella se contemplan como la libertad religiosa.
«En una eventual reforma de la Constitución, los artículos sobre la libertad religiosa, o sobre los derechos humanos son permanentes, son irrenunciables», ha subrayado el purpurado, tras definir la carta magna como «el gran apoyo al que no podemos renunciar».
Cañizares se ha expresado en estos términos durante su intervención de la pasada jornada en el I Congreso Interdiocesano de Educación, organizado conjuntamente por las diócesis de Segorbe-Castellón, Orihuela-Alicante y Valencia y donde pronunció la última conferencia, ‘La propuesta de la Iglesia sobre la Educación’, informa el Arzobispado en un comunicado.
En materia educativa, ha incidido en que «evangelizar no es adoctrinar como si se tratase de vender ideas o mercancías», sino que «es todo lo contrario: hacer personas libres para que sea posible la reconstrucción de una nueva evangelización y de una educación basada en la verdad».
Bajo este prisma, el cardenal ha animado a «seguir el modelo y paradigma de Cristo en la Educación para recuperar a la persona humana y el bien común teniendo en cuenta a los pobres, descartados y discapacitados», porque «educar coincide con evangelizar a los pobres y a todos sin discriminación».
El arzobispo de Valencia considera así que «la clave para la recuperación y la reconstrucción de una nueva humanidad es el encuentro con Jesucristo, que siempre nos guía». «No podemos excluir a Cristo de la escuela, y los cristianos estamos ahí para evangelizar», ha aseverado.
Para Cañizares, es importante «asumir la historia sin manipular la verdad», ante lo que ha urgido a que las «nuevas generaciones vuelvan a la escuela de Cristo», donde «se da la paz, el amor, y la justicia».
En la jornada también han intervenido el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla; el doctor en Filosofía Gregorio Luri, de Navarra, y la divulgadora educativa canadiense afincada en Barcelona Catherin L’Ecuyer.
RETOS EDUCATIVOS PARA EL OBISPO DE SAN SEBASTIÁN
El obispo de Donostia ha abordado en su ponencia las «claves del reto educativo» y ha expuesto diez retos educativos principales: el equilibrio afectivo, la inquietud intelectual, la fortaleza interior, la libertad, el equilibrio entre educación personal y educación comunitaria, el equilibrio entre la razón y el corazón, la educación de los deseos, la educación en las actitudes, la educación en lo esencial y el poder comunicativo de la Iglesia católica.
Munilla ha asegurado que «la emergencia educativa es la punta del iceberg que esconde debajo del agua la emergencia afectiva». «Solo cuando un niño, adolescente o joven ha tenido la experiencia de un amor familiar estable, incondicional y estructurado es cuando podrá dar lo mejor de sí mismo en el terreno educativo», ha ilustrado.
Por ello, ha defendido que «el relativismo es antagónico con la vocación educadora» y que «en la práctica, se traduce en un ‘todo vale’, hasta el punto de incapacitar para la educación».
«TREMENDA CRISIS DEL SENTIDO DE AUTORIDAD»
«Por desgracia, la sociedad del bienestar ha dado a luz unas generaciones muy vulnerables ante las dificultades y contradicciones», ha lamentado, para advertir de la existencia de «una tremenda crisis del sentido de autoridad en nuestra cultura».
Considera, de hecho, que «es incuestionable que nuestra cultura ha hecho entrar en crisis de forma especial a la figura paterna, dando paso una libertad desnortada, el llamado libertinaje».
El purpurado de San Sebastián ha alertado también de que «la crisis de natalidad es un enemigo importante para el hecho educativo», al conllevar «una gran tendencia al aislamiento delante de una pantalla». «Hoy en día se educa en las especialidades y no existe una educación en cultura general de la vida», en lo que ve «un drama olvidar lo esencial: educar en Jesucristo».
I CONGRESO INTERDIOCESANO DE EDUCACIÓN
El I Congreso Interdiocesano de Educación dio comienzo el pasado viernes en València, bajo el lema ‘Educación: un reto a los padres, a la Iglesia y la sociedad’, con una vigilia de oración en la plaza de la Virgen en la que participaron obispos, jóvenes, familias y docentes.
Con motivo de este cónclave, el arzobispo de Valencia, en nombre de los obispos, ha escrito una carta en la que asegura que «el proceso educativo es un elemento clave en la preparación y formación de las nuevas generaciones humanas», si bien «este proceso está puesto seriamente en peligro en nuestra sociedad».
Cañizares ha advertido en la misiva de que «estamos ante una verdadera emergencia educativa que es preciso abordar entre todos», «Los desafíos con los que se encuentra la educación en España son muchos y grandes, también en nuestra Comunidad Valenciana».