El cardenal Antonio Cañizares anunció ayer, durante la misa previa a la apertura del curso 2016-17 de la Universidad Católica de Valencia (UCV), la creación de una cátedra dedicada al estudio y promoción de la mujer y de otra centrada en la formación en la vida pública. El arzobispo sugirió que la primera recibiese el nombre de «Santa Teresa de Calcuta», que será canonizada mañana por el papa Francisco, y la segunda fuese conocida como «Santo Tomás Moro».
Resulta un tanto llamativa la creación de la primera cátedra si se tiene en cuenta las declaraciones del arzobispo de Valencia referentes a las leyes que propugnan la igualdad entre mujeres y hombres. Entre sus últimas afirmaciones polémicas destacan las que hizo el pasado 15 de agosto durante la misa del día de la Asunción de la Virgen, en las que calificó la «ideología de género» como uno de los «dragones» que han amenazado a la humanidad, como el imperio romano, el «imperio nazi» y el «imperio soviético».
Durante el acto, el religioso también hizo hincapié en la importancia de la universidad y se congratuló de la celebración de un congreso internacional durante octubre en la UCV. En este evento se analizará el problema del hambre y la pobreza en el mundo, además de la investigación en alimentos emergentes.
Apertura de curso
El secretario general del centro universitario, Antonio Orero, comunicó durante la ceremonia de inicio del ciclo académico que la dotación presupuestaria de la UCV dedicada a ayudas económicas ha aumentado un 6,6 % en comparación con el año anterior, por lo que se superarán los 5,4 millones de euros. Esto es consecuencia de la decisión de la Consellería de Educación de excluir a los alumnos de las universidades privadas de las becas de la Generalitat para el presente curso, según apuntó.
Orero destacó que la universidad tiene el «firme propósito» de no tolerar «restricciones educativas» que «discriminan a los estudiantes en el ejercicio de sus libertades fundamentales, como el derecho a la educación o a la libre elección del centro». Además, se mostró determinado a que «nadie deje de estudiar por falta de recursos económicos».
El rector de la UCV, Ignacio Sánchez-Cámara, defendió que siempre han estado «dispuestos al diálogo», aunque indicó que «cuando se vulneran derechos fundamentales de los ciudadanos, y concretamente de los estudiantes y de la propia universidad, tenemos el deber, que no es grato, de acudir a los tribunales». De esta manera, aseguró que «es razonable pensar» que el recurso presentado «no es un gesto de agresión, sino algo normal cuando hay discusión acerca de si se vulneran o no unos derechos».
El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, también estuvo presente en la apertura y destacó «el respaldo social, institucional y político que tiene la sociedad valenciana y española en general hacia la Universidad Católica». «Estáis acompañados, estáis arropados por todo tipo de instituciones», afirmó el ex conseller de Hacienda del PP.
Moragues explicó que el Gobierno se encuentra «al lado de todas las familias valencianas» y aseguró que vela por que sus derechos «sean respetados y no vulnerados». De esta manera, agregó, «las familias valencianas» no serán «prisioneras de dogmatismos y sectarismos», ni sufrirán «imposiciones» alejadas de una sociedad «avanzada, plural y diversa» como la actual.