Burkini: prohibido en la piscina de Ripoll, autorizado en el Parque Marítimo Mediterráneo de Ceuta

La alcaldesa de Ripoll veta el burkini por “seguridad e higiene”, mientras en Ceuta el uso de esta prenda está permitido en el Parque del Mediterráneo si es homologada

En la España de las autonomías, la regulación sobre el uso del burkini varía tanto como sus territorios: desde su reciente prohibición en la piscina municipal de Ripoll hasta su libre utilización –con requisitos de homologación– en espacios públicos como el Parque Marítimo del Mediterráneo de Ceuta.

La alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, ha reabierto el debate sobre el uso del burkini en espacios públicos tras firmar un bando que prohíbe expresamente esta prenda de baño en la piscina municipal de su localidad.

Según ha defendido la regidora en la red social X, esta medida se adopta por «motivos de seguridad e higiene», y ha invitado al resto de consistorios catalanes a seguir su ejemplo: «Esto ya pasa de medida», escribió el pasado lunes 21 de julio, acompañando el mensaje con los lemas ‘Gobernemos Ripoll’ y ‘Salvemos Cataluña’.

En su argumentación, el Ayuntamiento de Ripoll sostiene que la ropa de baño debe cumplir “normas técnicas que garanticen la seguridad de los bañistas y la salubridad del agua”, según recogen los medios. El veto no ha pasado desapercibido y ha avivado una discusión que ya ha sido fuente de polémica en otros países europeos como Francia, donde el burkini ha sido objeto de restricciones legales y también de reveses judiciales que lo amparan en nombre de la libertad religiosa.

Este debate contrasta con la situación que se vive en Ceuta, donde el uso del burkini en el Parque Marítimo del Mediterráneo está permitido, siempre que la prenda esté homologada. El espacio turístico más emblemático de la ciudad autónoma permite expresamente el uso de este tipo de bañador completo, diseñado para mujeres musulmanas, en sus instalaciones.

Cómo es esta prenda de baño

Esta prenda, que cubre el cuerpo entero salvo rostro, manos y pies, fue creada en 2004 por la diseñadora australiana de origen libanés Aheda Zanetti, con el objetivo de ofrecer una alternativa respetuosa con los valores de modestia del islam sin renunciar al ocio acuático.

La diferencia de criterios entre municipios como Ripoll y Ceuta se hace aún más patente al recordar que en el verano de 2021, el Parque Marítimo –que en 2025 cumple su 30º aniversario– fue escenario de una jornada reivindicativa a favor del burkini.

Un diputado de Vox en el ‘Día del Burkini’

Aquel ‘Día del Burkini’, organizado por colectivos pro derechos civiles y en favor de la diversidad, consistió en un baño de mujeres con esta prenda a los lagos del recinto como acto simbólico contra la discriminación y en defensa del derecho al baño sin exclusiones por motivos religiosos.

Aquel acto generó una gran repercusión, no solo por su mensaje de tolerancia, sino también por la presencia del diputado en la Asamblea por Vox, Carlos Verdejo, quien se presentó en el lugar para manifestar su rechazo a que esta prenda estuviera autorizada en el recinto. Su aparición fue muy criticada por diversos sectores sociales y políticos, que defendieron que el burkini no supone una amenaza para la convivencia ni para la seguridad en recintos públicos.

La «visión machista» frente a convivencia

Frente al discurso de Orriols, quien sostiene que el burkini representa una «visión machista y misógina del mundo» que “aleja a los catalanes de las piscinas”, en Ceuta las autoridades del Parque Marítimo han mantenido una postura más inclusiva.

La normativa del recinto establece que el uso del burkini está permitido siempre que la prenda esté confeccionada con materiales homologados que no supongan riesgo sanitario ni obstáculo en situaciones de emergencia.

Además, la legislación autonómica de Cataluña establece en su Ley de Igualdad, aprobada en 2020, que se debe respetar tanto el uso del burkini como el del topless, en aras de garantizar la dignidad y la no discriminación por motivos religiosos o de género.

Aun así, en 2023, el partido Aliança Catalana –formación que lidera Orriols– ya presentó en el Parlament una moción para prohibir los velos islámicos en determinados espacios públicos, incluyendo piscinas, aunque fue rechazada por la mayoría de partidos.

Con esta última decisión, la alcaldesa de Ripoll ha vuelto a situar su municipio en el centro del debate político y social, provocando reacciones encontradas. Mientras algunos sectores la aplauden por “defender la identidad cultural catalana”, otros consideran que se trata de una medida que vulnera derechos fundamentales y promueve la exclusión de mujeres musulmanas de espacios públicos de ocio.

En cambio, en Ceuta, el enfoque adoptado por el Parque Marítimo refleja una apuesta por la convivencia y la integración. La realidad multicultural de la ciudad, en la que conviven ciudadanos de distintas confesiones, se traduce también en políticas públicas que permiten el uso del burkini como parte del paisaje cotidiano de los meses de verano.