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Bergoglio: ¿de la necesidad virtud?

Pese a los notables esfuerzos del papa Francisco, no corren buenos aires para la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana (SICAR) y del Vaticano, extraño estado-territorio donde se ubica la sede, también terrenal, de dicha institución. A partir de las filtraciones a la prensa, atribuídas al señor Vallejo Valda y de la inmediata publicación de los libros Vía Crucis y Avarizia de Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fitipaldi respectivamente, hemos vuelto varias décadas atrás. Veamos.

            De pronto volvemos a ver las cloacas del poderío económico que salió a la palestra con menos pujanza en Vaticano S.A, Gianluigi Nuzzi 2.012, que cuando murió, de manera muy extraña a los 33 días de su papado, Albino Luciani, conocido como Juan Pablo I. En ambas ocasiones se dieron a la luz las inmensas riquezas de la institución que se dice fundada por Cristo, aquel galileo que, según el evangelio, predicaaba compartir los bienes con el prójimo. Las obras de Nuzzi y Fitipaldi dan detalles de las propiedades inmobiliarias, así como de las inversiones en determinadas empresas y las disponibilidades en cuentas en Suiza, Luxemburgo y en otros paraisos fiscales. Claro el escándalo no queda en eso, sino que reaparecen las truculencias de la década de Marcinkus y la quiebra del Banco Ambrosiano, así como las relaciones con Provenzano y Riina de Cosa Nostra. De la misma manera, aunque se les trata de poner sordina, se reeabren interrogantes sobre la muerte de Luciani, cuya muerte se ha atribuido a una acción conjunta de la CIA y la curia vaticana. No hay que olvidar que Juan Pablo I había dicho, según álvaro Baeza : “Mi iglesia será limpia, cristiana, pobre e inmensamente caritativa; nunca casa de mercado financiero y bancario”.

            Está claro que el sucesor, Karol Wojtila, no pensaba de la msima manera . Éste por el contrario se distinguió como: impulsor de Solidaridad en su Polonia natal, la connivencia con mandatarios como Pinochet o Reagan mientras desatendía los ruegos del asesinado Óscar Romero o de la Teología de la Liberación. En ese sentido conservador, se manifestó también cambiando la redacción del padrenuestro, lo que daba un apoyo político a la injusta deuda impuesta a los países empobrecidos. Falto de sensibilidad con estos países, pese a los mediáticos beso al suelo de alguno de ellos, prohibía el uso de condones incluso en una África diezmada por el sida. Con Benedicto XVI, sin la proyección de la cuidada imagen papa polaco,y ante el crecimiento de los problemas, que ya no se podían esconder más, como la pederastia y los desmanes de los Legionarios de Cristo, este se siente impotente y dimite.

            Para la sucesión, no falta quien ha visto cierto paralelismo de orientación política. Mientras     que Wojtyla tuvo un papel muy activo en que avanzara el final de la Guerra Fría en Europa, el señor Bergoglio no oculta su influencia y su condición peronista en Argentina. Por otro lado, no deja de ser el subcontinente sudamericano un territorio que además de mirar al Pacífico, es escenario de pulsiones estalizaciones frente a privatizaciones, donde USA tiene dificultades para mantener la doctrina Monroe : América para los americanos (del norte). Claro que las cosas no se ven así de claras y hay datos contrapuestos en la vida y en el pontificado de Francisco. Hay datos, desde el propio nombre elegido, que parece decantarse, aunque con la comprensible prudencia, a lo que dijera Luciani. Claro que hasta el momento, lo que se percibe en ese sentido son más bien gestos, de los que hay precedentes algo más moderados, entremezclados con otros no tan populares.

Parece que su condición de jesuita anuncia una ruptura con la pujanza del Opus Dei que había desbancado a los de Loyola de la máxima influencia. Sin embargo como cardenal no se había mostrado cercano a la Teología de la Liberación, en la que parecía militar la mayoría de su congregación. No han faltado voces en Argentina preguntado dónde estaba dios cuando tiraban argentinos al mar, o en Brasil cuando se le pidió un apoyo decidido al programa de Hambre 0. En lo doctrinal se moja poco en lo referido a aborto, matrimonio homosexual. Si que son ciertas sus declaraciones de sentido social sobre la pobreza y las migraciones. Sin embargo, ya sea por las resistencias internas o por otras causas, los hechos concretos no llegan. Y con el escándalo de las finanzas ya no caben medias tintas, de las que parece no salir cuando como Jefe del Vaticano ha heho valer la legislación de raro estado. Además para perseguir a quienes han tirado de la manta se ha fijado el juicio coincidiendo con un viaje de Francisco al extranjero.

            En esas, alguien ha dicho que Bergoglio no es ni de izquierdas ni de derechas, solamente es católico. Y eso tiene su miga, por mucho que Gil Tamayo y compañía se empeñen en decir que Constantino tenía razón y Mahoma o Natanyahu no. Claro, y en coherencia con todo el estado actual de las cosas, a Bergoglio por voluntad propia o por mandato de la institución, no le queda más que hacer de la necesidad virtud.

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