El Papa advierte durante una misa que mucha gente se arriesga a una «condena eterna»
El infierno existe y es eterno. Al menos "existe y es eterno para los que cierran su corazón al amor de Dios", según ha dicho el papa Benedicto XVI durante una misa celebrada el pasado fin de semana en la Iglesia Santa Felicidad e Hijos Mártires de Roma. El Papa dijo que en el mundo moderno mucha gente, incluidos algunos creyentes, se han olvidado que si no "admiten la culpa y la promesa de no volver a pecar", se arriesgan a una "condena eterna, el Infierno". Un infierno "del que se habla poco en este tiempo".
Como Obispo de Roma, Joseph Ratzinger hizo el domingo una visita oficial a la citada Iglesia, situada en el barrio de Fidene, al norte de la ciudad, donde fue acogido por el vicario de Roma el cardenal Camilo Ruini.
"Nuestro verdadero enemigo es unirse al pecado que puede llevarnos a la quiebra de nuestra existencia", dijo Joseph Ratzinger en la homilía y luego añadió: "sólo el perdón divino nos da la fuerza de resistir el mal y no pecar más".
Benedicto XVI también destacó que "Dios es justicia y sobre todo amor: si odia el pecado es porque ama infinitamente a toda persona humana" y aseguró que siente un amor "tan grande que no se deja desanimar por ningún rechazo".
El Pontífice invitó a los fieles católicos a seguir como ejemplo "el comportamiento de Jesús" y "de hacer del amor y del perdón el corazón batiente de la vida".
Al llegar a la parroquia, Ratzinger saludó a todos los que habían acudido a la iglesia, especialmente a la comunidad filipina, cuya presencia es importante en el barrio. A todos les dijo: "hoy es la Anunciación, que nos recuerda el sí de María que ha abierto los cielos y así Dios se convirtió en uno de nosotros". La actitud de María, explicó Ratzinger, "invita" a los católicos "a decir sí al Señor".