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¡Basta ya de homofobia en el PP!

Han pasado dos años desde que me plantase delante de Mariano Rajoy a gritarle un merecido “Basta ya de homofobia en el PP” (Rajoy había declarado en una entrevista en El País que no se comprometía a respetar la ley de matrimonio homosexual incluso si el Tribunal Constitucional la ratificaba). La protesta saltó a las portadas de dos periódicos nacionales, uno de derechas (El Mundo) y otro de izquierdas (Público), a las televisiones, incluso TVE, tras un primer trato displicente en el que me declararon “una persona”, a pesar de haber trabajado yo 3 años en su programa estrella “Corazón de….”, acabó por tener que titular la noticia Shangay Lily irrumpe en un acto de Rajoy gritando “Basta de homofobia en el PP” (no así en Antena 3 que ignoró la noticia e hizo un montaje del que quitaron la protesta), y a las redes. Pero como vivimos en un mundo de bombardeo informativo, supongo que mucha gente no lo recordará o lo habrá visto, este es el momento:

De toda aquella difícil acción, sólo recuerdo con extrañeza que, mientras me sacaban de la sala, algunos altos cargos del PP gritaban unos surrealistas “¡Vuélvete a Marruecos!” que yo no conseguí descifrar (¿por el turbante?, ¿porque allí si pueden encarcelar a los homosexuales como le gustaría al PP?, ¿por la islamofobia con la que los cristofascistas responden a todo?).

Aunque muchos medios de derechas trataron de descartar la acción como un mero intento de llamar la atención para sacar beneficios (a día de hoy me maravilla que nadie piense que semejante enfrentamiento con los amos del poder puede abrir las puertas a nada), aquello me supuso un veto de por vida en la mayoría de medios y que la etiqueta de “problemático”, “molesto” o “demasiado serio” se consolidase. Por no mencionar la anti-comercial estrategia de desconcertar al público que te tiene cómodamente categorizado en el nicho de dragqueen-famoso-friki-frivolona. Este público capitalista no soporta que algo no sea previsible, simple y formulaico. Pero creí que era importante retomar el activismo algo apagado tras el espejismo Zapatero. Me gustaría pensar que para el PP fue un toque de atención que le recordó que España ya no es aquél cortijo de caciques misóginos, homófobos y racistas que podían insultar a su antojo y encontrar el silencio o el oportunista palmero de turno, pero 2 años después la homofobia no sólo no ha desaparecido del partido, como ellos proclaman una y otra vez en retorcidos argumentos que intentan hacer pasar por víctima al verdugo, sino que cada día es más descarada.

Hasta tal punto hemos retrocedido que esta semana hemos tenido que ver al Ministro del Interior, el opusino Jorge Fernández Díaz,  atreverse a lanzar una repugnante campaña de odio homófobo justificándolo bajo unos bochornosos “argumentos” de los que se ha reído hasta el vigilante del Valle de los Caídos de puro ridículos, absurdos y cutres que son.

Algunas perlas:

“Si nos oponemos al matrimonio entre personas del mismo sexo, no podemos usar argumentos confesionales. Existen argumentos racionales que dicen que ese matrimonio no debe tener la misma protección por parte de los poderes públicos que el matrimonio natural. La pervivencia de la especie, por ejemplo, no estaría garantizada”, explica.

En la misma campaña ha atacado la libertad de expresión y la mínima sensibilidad (“políticamente correcto” lo llama él) porque ya no les deja torturar, estigmatizar, insultar y humillar a los de siempre con el aplauso de la sociedad y las bendiciones del curita hipócrita de turno. Pobres católicos que ya no pueden robar a manos llenas las herencias de los ricos del pueblo, raparle la cabeza a las mujeres republicanas y darles ricino, violar a niños, robarlos, venderlos, follar con el marica del pueblo y luego mandarlo a la cárcel con una pareja de la Guardia Civil, ser déspotas en público y temidos por todos. Ahora tienen que reprimirse un mínimo y hacer el paripé de demócratas porque Franco se murió y hay una especie de democracia (que desaparece en cuanto alguien se sale de madre y se atreve a pretender que sea una democracia real, un saludo Garzón).

Y he aquí la somanta de delirios cristofascistas que ha pretendido vender como lógica:

El ministro se ha referido al tema al hablar de la libertad religiosa y de la presencia pública de la religión como “un derecho reconocido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, y cree que en el diálogo político a veces se olvida esto. En su opinión, es compatible la existencia de estados confesionales con la libertad religiosa, citando el caso de Estados como Malta, católica, Grecia, ortodoxa; o Reino Unido, donde la Reina es cabeza de la Iglesia”.

“En el siglo XXI, con la coartada de lo políticamente correcto y la coartada de la defensa de la libertad de expresión, no se respeta en muchos ámbitos políticos y judiciales la libertad religiosa. Como botón de muestra está la sentencia que decía que los graves incidentes contra quienes participaban en la JMJ no eran escarnio, sino simples expresiones ingeniosas propias de la libertad de expresión”, ha advertido.

Supongo que esa última puya mentirosa también me incluye por la famosa foto que se tomó de mí atreviéndome a hablarle a unas adolescentes manipuladas por el cura de turno que se plantaron en medio d ela Marcha Laica a provocar e insultar nuestra “libertad atea” (si existe lo primero también debe existir lo segundo). Una foto que los medios de derechas (todos) manipularon hasta lo absurdo (así escribieron la Biblia) para intentar convertir al verdugo en víctima y la víctima en verdugo. Todos se cuidan mucho de ocultar este video de Intereconomía (nada sospechoso de montarlo a mi favor) en el que se ve las maldades que le dije a las cristofascistas provocadoras haciendo el teatro decimonónico. En el video se pueden escuchar los insultos a mi persona d elos contertulios de Intereconomía y su ofensa de que me atreva a sacar una bandera gay a la calle. Os jodéis, esto es una democracia y ser gay ya no es delito. Asómbrense con la violencia verbal y física (hace poco uno en twitter me puso que le había escupido a las “niñas”) del video:

Los cristofascistas se han creído que pueden seguir vejando, ofendiendo y humillando a todo el pueblo y si alguien se rie en su cara es un atentado a su “libertad religiosa” que parece consistir en imponer su ideología.

Ni voy a entrar en la vergüenza que supone que en un estado aconfesional un ministro se permita hacer propaganda sectaria aprovechando su cargo pagado por todos los españoles. Si eso no es prevaricación y tráfico de influencias que venga la Gran feminista y lo vea. Por supuesto, ante tamaño escándalo lo único lógico sería que el señor ministro de la propaganda dimitiera. Si os animáis a pedirlo aquí tenéis una iniciativa de IU que pide su dimisión.

Desde distintos medios se han reprobado sus homófobas e ignorantes palabras, especialmente acertado es el comunicado de la FELGTB que le pide abandonar su “militancia religiosa o dimitir”. No estamos en la España nacional-católica en la que la Iglesia interfería continuamente en el gobierno. Pero el PP es lo que aspira a recupèrar: esa ocura España franquista en la que se amenazaba con modos de matón, se encarcelaba y luego se iba uno a misa.

En esta misma semana hemos tenido que aguantar el cinismo, prepotencia y chulería del PP también en TVE. Tras asitir atónitos a la revisión de series punteras para cortar, censurar y re-editar para negar los avances de las últimas décadas, como es el caso del intento de destrozar “Amar en tiempos revueltos” para volver a negar la represión a republicanos y el fascismo, tenemos que aguantar que la “Defensora del Espectador” de TVE se atreva a justificar el bochornoso corte de una escena de la serie “Herederos” en su re-emisión en la que se veía a dos chicos besarse. Luego el PP proclama ser el aliado de los gays (y hasta muchos absurdigays les votan haciendo malabares justificatorios del tipo “es que en la cárcel es donde realmente nos sentimos libres los gays”) pero no se corta a la hora de eliminar un beso gay justificándolo porque  “La escena era sórdida, muy sórdida, con elementos de prostitución, droga y violencia”. Me parto. A juzgar por eso, todas las series americanas habría que prohibirlas. ¡Y la escena de “Gilda” en la que se quita el guante! ¡Menuda fresca! ¡Que vuelva la figura del censor, por favor!

Y en el frente internacional tenemos al cristofascista de Lech Walesa, al que toda una campaña de la CIA conjuntamente con el Vaticano vendieron como un gran libertador (que no lo era, era un troglodita anti-comunista financiado por los EEUU), diciendo rebuznos de ignorangután como que los gays deberían sentarse en el parlamento “tras un muro”. Animal.

En fin, que como proclama cada día el PP para justificar su revisión, la homofobia ya no existe. Y las mujeres son iguales a los hombres en derechos, y la violencia machista es una nimiedad si la comparas con los derechos del feto…. aunque no sea ni feto.

Y encima te encuentras a infelices como este adolescente que repite como una cacatúa lo peor del fascismo y, al igual que hace la Iglesia, se declara víctima porque los homófobos y matones del régimen no son tan duros como en la Guerra.

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