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Bajada de calzones · por Ángeles Sanmiguel

​Descargo de responsabilidad

Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:

El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.

“Yo sé que hay gente del PSOE que no le gusta esto” comentaba Raquel Ortiz de València Laica refiriéndose al “Concordato a la valenciana” entre la Generalitat y la Iglesia católica. “El panorama lo veo muy negro, tenemos que ir llegando a más gente cada día”. Pero, inexorablemente, continúa la inquebrantable salvaguarda hacia la entidad eclesiástica. “Bajada de calzones”.

Denuncias y reclamaciones sobre abusos sexuales, trapicheos dinerarios, tramas financieras, bebés robados, implicaciones golpistas y latrocinios patrimoniales desde mil novecientos cuarenta y seis, (tres mil inmatriculaciones en la Comunidad valenciana y cien mil en la totalidad del territorio español) siguen impunes.

“Los privilegios de la Iglesia Católica son privilegios, los pague quien los pague”. La Generalitat valenciana no sólo se hará cargo del coste de tales prerrogativas, sino también de los gastos que ocasionen sus miembros-funcionarios y representantes, desplazamientos, dietas, pernoctaciones, compensaciones económicas y demás, expone València Laica. ¿El tripartito y sus programas electorales en qué han quedado?

“No puede ser que la democracia no tenga un Estado laico donde quepa todo el mundo, todas las ideologías y todas las conciencias”. Tal vez, ahí radique el quid de la cuestión: ¡en la competencia! que dejaría sin esos “doce mil millones y medio, ¡mucho dinero!” para una empresa centralizada en un país extranjero que, ante la rivalidad cada vez más notoria de propuestas, succiona a las instituciones aferrándose al ancestral oscurantismo de negocios católicos ultramontanos.

“¿Cuánto autoengaño queremos permitir en nuestra sociedad?” preguntaba el científico informático alemán Jürgen Schmidhuber, estudioso del campo de la inteligencia artificial en el documental titulado Paraíso o “robocalipsis”, añadiendo: “¿Qué es la oración? Es la construcción de un diálogo con una persona imaginaria”.

En el Museo de Valencia, palacio del marqués de Campo, se conmemoraba el Día de la Laicidad, (nueve de diciembre), recordando que en España, en mil novecientos treinta y uno, “se aprobó la segunda Constitución de la República, la única que ha considerado un estado laico”.

“El laicismo no es ni una ideología ni un partido político, nuestros detractores tratan de decir lo que no es el laicismo”.

¿Enseñanza, familia y dinero público herramientas para la subyugación religiosa?

“En la escuela hay un dogma” y “el multiconfesionalismo aumenta la carga dogmática” al aplicarse en espacios docentes. En el siglo veintiuno, cualquier metodología obsoleta de obnubilación colectiva está fuera de contexto, ahora los menores están en otra influencia más tecnológica, lejana a las garras del sectarismo religioso desinformativo más que formativo. El ojo que todo lo ve pronto estará implementado globalmente pero no será divino sino científico y los mensajes celestiales bots de charla.

Por mucho dinero y apoyo que se dé a las empresas del sector, la generación infantil, en un par de décadas, seguirá directrices nada místicas donde sus confesores serán las denominadas alucinaciones sociales virtuales.

Escribía el político y jurista madrileño Enrique Tierno Galván en su ensayo la Rebelión juvenil y el problema en la Universidad, que: “son los jóvenes mejor dotados, los que no se adaptan a los modelos caducantes”.

“Casi la mitad de jóvenes (en España) ya no son creyentes, la edad y el nivel de educación influyen”.

Renovarse o morir, por mucho dinero que se le meta al decadente engranaje religioso la debacle asoma barajándose la unificación de credos en una especie de gigaoferta donde poder seguir atesorando ganancias mientras se mantiene a la feligresía substraída de la realidad.

“La responsabilidad la tiene los gobiernos; el Estado consiente y permite todos los privilegios de la Iglesia “.

.- ¿Dónde vais? Preguntó una mujer a una adolescente que, a media mañana de un día lectivo, era dirigida en hilera colectiva a la parroquia vecinal. .-“A la eucaristía”, respondió sobre la obligada actividad escolar. ¿Cuántas misas diarias, ejercicios espirituales, rosarios, vía crucis, procesiones y rezos del Angelus, se han impuesto al alumnado? ¿Cuántas niñas de colegios religiosos han soñado ser misioneras ansiando el éxtasis de la santidad merced la influencia? ¿Cuántos hombres recuerdan, y comentan, las traumáticas y obligadas confesiones pueriles frente a un libidinoso ensotanado?

“¿Qué hace el Gobierno? ¡Nada! nos han comido el tarro, se lo dejamos a huevo, el Estado también está dando subvenciones a ONG´s de la Iglesia”. ¿Negocio caritativo clientelar?

Cati Espinosa, masónica del Rito Francés Moderno Restablecido (humanista, laico defensor de valores republicanos), logia Palmira Luz, señalaba: “La laicidad está en serio peligro en toda Europa” y cita un mensaje de la página web de iraníes: “La laicidad nunca se cierra al progreso”. Irán, Irán, Irán, almacén petrolero de Estados Unidos, donde se ejerce la teocracia a lo bestia sin que país alguno le chiste. En tiempo de Nixon, un experto en cuestiones energéticas del equipo presidencial, S. David Freeman, confesaría: “Nuestra tasa de consumo es tan elevada que podemos ver el fondo del barril”. (El peligroso juego de petróleo, obra del historiador y periodista inglés Leonard Mosley). Y, por el mercado de materias imprescindibles, todo desmán queda silenciado.

En España, tal parece, es impensable que instituciones no sigan doblegadas a intereses ajenos a sus labores esenciales para con el pueblo.

Jesús lava más blanco, como la Iglesia inventó el márketing, se titula el libro citado por otro de los charlistas, Miguel Hernández, perteneciente a AVALL (Asociación Valenciana de Ateos y Librepensadores), donde se expone que “los pasillos en las iglesias, igual que en los supermercados” direccionan. “En Francia la derecha es laica”, apunta Hernández, pero aquí, “cada vez vamos a peor”.

“En la masonería no existen dogmas” explicitaba Luis Plá, masón, presidente del Gran Capítulo General de España-Rito Francés. “Estoy harto del ahora no toca, creo que España es un Estado fallido, fue una gran farsa la transición del Estado. La España democrática tiene una gran deuda con los masones, la represión ha sido brutal, en España no tiene nada que ver con la masonería en Portugal y Francia”, sobre todo en cantidad. En el siglo dieciocho la masonería nacional estaba integrada preferentemente por ingleses. “Ni siquiera en Portugal se reprimió la masonería como en el contubernio judeomasónico de Franco. Lo que hace es que condena la masonería” una “ley de lesa humanidad” por su carácter retroactivo “La Iglesia católica participa en la represión de la masonería, el franquismo acusó a muchos que no lo eran”. Franco era afín al expresidente de Argentina Juan Domingo Perón, y Perón contó en su equipo con Licio Gelli (gran maestre de la cesada logia italiana Propaganda Due, donde figuraba en un listado secreto Silvio Berlusconi fundador del partido Forza Italia y presidente de la corporación de telecomunicación Mediaset).

“La gente se deja llevar por los medios generalistas, va a tener una opinión muy sesgada, otro medio de presión es el ocio”, añade Ortiz.

“Se prometió por el Gobierno de coalición una ley de libertad de conciencia. ¡Pues no! A veces se confunde la libertad de conciencia con la libertad de expresión; que el delito de ofensa (a la religión) desaparezca”, comenta la también integrante de Europa Laica.

En el acuerdo entre Gobierno e Iglesia “solamente una de las partes tiene obligaciones, ese es el marco jurídico que tenemos”.

¿Por qué existe dogmatismo en universidades, en ciertas materias?

Miguel Hernandez expuso desorbitadas cifras. Cinco mil cuatrocientos ¡millones! de euros van a la eclesiástica saca educacional. “En Alemania el que confiesa que tiene una religión paga más” apunta. ¿Y aquí? Pues, además de las prebendas, el dinero no declarado surge insospechadamente; más de un millón de euros en una catedral y millón y medio de unas monjas escondido en un armario. ¿Y en el ámbito legislativo? “Un tercio del colectivo judicial es del Opus Dei”. En el libro-denuncia titulado A la sombra del Papa enfermo, se puede leer: “El Opus Dei se definía como una “empresa sobrenatural”. ¡Son empresas! sustentadas por la pesadilla colectiva de miedo, escasez y sufrimiento propiciada por medios de comunicación y gobiernos.

“Si eres católico y tienes una farmacia puedes no vender preservativos y píldoras anticonceptivas”. “Para la obra de la Sagrada Familia (Barcelona) no pidieron licencia hasta el dos mil diecinueve”. “Hay sacerdotes en nómina”. “En Madrid no hay dinero para médicos, pero sí para sacerdotes”. ”Según la Iglesia, estudiar en colegios católicos reduce la criminalidad”. “Una mujer no puede ser cura, obispo”. Mensualmente, en España, se cierra un monasterio por falta de personal usuario, cuando no es porque el obispado especula inmobiliariamente desahuciando a las monjas. “La gente no es consciente del poder que tiene el lobby eclesiástico”.

“Si el estado no es laico, no es democrático”, afirma rotundamente Hernández.

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