El blindaje del gigantesco símbolo religioso, un fetiche del movimiento ultracatólico, se produce en medio de una campaña de presión de Hazte Oír sobre la presidenta
Vox y un sector del PP se han alineado con el discurso de NEOS sobre aborto, natalidad y ‘Agenda 2030’
El anteproyecto de Ley de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid esconde un regalo para el incansablelobby integrista español, que jamás detiene su campaña y recoge cada vez más frutos. ¿Qué regalo? La norma establece la protección especial de la “arquitectura religiosa, incluyendo los calvarios tradicionales y las cruces”, una definición que abarca la cruz del Valle de los Caídos. Palabras mayores. El gigantesco monumento es una auténtica obsesión, un fetiche del movimiento ultracatólico español, que con el inicio de la tramitación de la nueva ley se anota un logro en el terreno simbólico. No es su única conquista. Tanto Vox como un sector del PP liderado por Isabel Díaz Ayuso están alineados con parte importante de las ideas y expresiones de este movimiento sobre natalidad, Agenda 2030 o historia de España. Ayuso, figura de enorme trascendencia ideológica en la derecha española, “se ha vendido a los fundamentalistas” para estrechar el espacio electoral de Santiago Abascal y los suyos, señala el investigador sobre extrema derecha Román Cuesta.