Sorprende este comunicado bastante tibio sobre la visita del Papa a Colombia sin una clara apuesta por un Estado laico libre de las injerencias políticas de las confesiones religiosas, en este caso el Papa católico, y por la separación del ámbito público y el religioso, tanto en lo económico y financiero de la visita como en el institucional y simbólico.
La visita del Papa Francisco a Colombia en los próximos días a Colombia ha ocupado gran parte de los informativos nacionales. Bajo el lema «demos el primer paso» se realizará la visita del Papa Francisco, que en palabras de la misma conferencia episcopal colombiana, realizará una visita apostólica. Las ciudades de Bogotá, Villavicencio, Cali y Cartagena tendrán eventos masivos en los que el Estado, presuntamente laico, gastó una ingente cantidad de dinero.
Las organizaciones Bogotá Atea y la Asociación de Ateos de Bogotá presentaron a la opinión pública un comunicado de prensa , que por su importancia, damos a conocer aquí:
- Agradecemos cualquier gesto nacional o internacional a favor de la paz en Colombia.
- Vemos con preocupación que la visita apostólica del Papa Francisco haya sido apoyada económicamente con dineros públicos. En un Estado Laico, como es Colombia, las actuaciones del Estado no deben tener sentido ni orientación por ningún credo religioso, con el fin de garantizar la neutralidad.
- Los elevados costos de la visita del Papa Francisco, de diez millones de pesos por minuto en logística, son demasiados para un país que ha descuidado áreas tan importantes como la ciencia (cuyo presupuesto el gobierno recortará en un 40%). Protestamos por el hecho de que el Estado subsidie la religión y descuide la ciencia.
- Rechazamos los mensajes que con frecuencia el Papa Francisco emite durante sus giras, en los que ataca los avances en derechos sexuales y reproductivos, la eutanasia y los derechos de la población LGBTI y las mujeres. Le pedimos que respete la separación de Estado e Iglesias en Colombia, evitando presiones indebidas al Estado colombiano.
- Denunciamos que los llamados de justicia social a los que ha convocado el Papa Francisco no se han materializado en el seno de la Iglesia católica colombiana, como es el caso de la negativa y ofensiva jurídica de la Iglesia a rehusarse a pagar indemnización a las víctimas de abusos sexuales cometidos por sus sacerdotes en Líbano – Tolima, Cali y Manizales. Invitamos a la Iglesia a que dé el primer paso hacia la reconciliación, reconociendo su responsabilidad civil como institución en estos tristes casos.
- Apoyamos el evento de pedir perdón por la implicación en la pasada en la violencia en Colombia por parte de la Iglesia Católica . No obstante, vemos un contrasentido el hecho de convertir en beato a Pedro María Ramírez, quien fomentó la violencia contra los liberales en el período de guerra entre conservadores y liberales en el siglo XX.