En el contexto de Emergencia Climática en que nos hallamos, es un error destinar un monte público, el monte Arropez, a un centro budista teniendo en cuenta que el mismo está catalogado como zona ZEPA.
Cáceres ha pasado de ser Patrimonio de la Humanidad a ser Patrimonio para la especulación y la agresión a su herencia cultural y natural: urbanizaciones ilegales, mina de litio, canteras a cielo abierto sin restauración del entorno y, recientemente, el proyecto de urbanización promovido por la Fundación Jardín Lumbini en terrenos no urbanizables.
Cáceres ha pasado de ser Patrimonio de la Humanidad a ser Patrimonio para la especulación y la agresión a su herencia cultural y natural
Existe un gran desconocimiento público tanto de los términos en que el Ayuntamiento concederá un bien público a una entidad privada como de quién costeará la instalación y mantenimiento de servicios e infraestructuras necesarios en estos proyectos. Un gran interrogante sobre un proyecto que inicialmente solo precisaba unos 5.000 metros cuadrados y que actualmente solicita una finca pública de más de 100 hectáreas (más de 1.000 000 de metros cuadrados).
Según las informaciones aparecidas en prensa y no desmentidas desde el Consistorio Local, se cedería la totalidad de la finca del Monte Arropez para instalar un parque temático sobre el Budismo, que se esconde tras el disfraz de intercambio cultural y promoción de la Paz entre Oriente y Occidente, como si este hecho fuera exclusivo del Budismo y Oriente se redujera a esta consideración parcial y sesgada. De forma objetiva, lo que realmente afecta al municipio son los siguientes hechos:
1) Se privatiza un espacio público para beneficio de una entidad privada de carácter religioso, en un estado que es aconfesional. No es suficiente con privatizar los Servicios Públicos, ahora se “justifica” la cesión gratuita de los pocos montes públicos que pertenecen a la ciudadanía cacereña.
No es suficiente con privatizar los Servicios Públicos, ahora se “justifica” la cesión gratuita de los pocos montes públicos que pertenecen a la ciudadanía cacereña
2) La gravedad de lo anterior no merma el atentado contra el Plan General Municipal de Cáceres, aprobado en el año 2010, y que dota de cuerpo legal al municipio cacereño para establecer la forma de desarrollo de la ciudad. En dicho Plan, el Monte Arropez aparece como zona ZEPA, con afecciones tan significativas como relevantes y de suma importancia tanto cultural como ambiental: afección arqueológica (nº93 del Estudio de Impacto Ambiental del listado de Patrimonio Arqueológico), lugar de interés paisajístico, humedal con especial protección de zonas arbóreas y de matorral de gran riqueza. Y adquiere relevancia por su situación y características para la lucha frente al Cambio Climático.
El Monte Arropez aparece como zona ZEPA, con afecciones tan significativas como relevantes y de suma importancia tanto cultural como ambiental
3) El agua en nuestra tierra es un bien escaso y proteger los humedales es nuestra responsabilidad para quienes somos y quienes serán. Nos jugamos el presente y arriesgamos el futuro.
4) ¿Para qué establecer normas y leyes como el Plan Municipal? Existen suficientes solares y edificios urbanos para instalar un complejo budista de carácter privado y ajustado al derecho y a las normas de convivencia de las que nos hemos dotado. Es incomprensible uno de los objetivos del proyecto, como el intercambio cultural y promoción de la Paz según difunde por redes sociales La Fundación Jardín Lumbini ya que, si realmente deseas contribuir culturalmente, buscas la integración en el espacio urbano, donde habitan las personas que integran el municipio y no procuras un lugar alejado a 11 kilómetros.
Si realmente deseas contribuir culturalmente, buscas la integración en el espacio urbano, donde habitan las personas que integran el municipio y no procuras un lugar alejado a 11 km
En lugar de un desarrollo sostenible, del que sea beneficiaría la mayoría social del municipio cacereño, con rutas, centros de interpretación y mejora de la ocupación arbórea e instalación de servicios que no alteren la biodiversidad, se apuesta por un modelo de impacto medioambiental brutal para beneficio privado.
“España se constituye en un estado social y democrático de derecho…”; mientras el derecho y la justicia debieran velar por los principios básicos sobre los que se asienta cualquier sociedad democrática, en nuestra tierra parece que la legislación que modula las interrelaciones personales, sociales y mercantiles en lugar de servir al bien común, se subyuga al dinero “…poderoso caballero, DON DINERO…”, versos muy conocidos de don Francisco de Quevedo.
En lugar de un desarrollo sostenible (…) se apuesta por un modelo de impacto medioambiental brutal para beneficio privado
Ya pasó y pasa en Marina Isla de Valdecañas, que a pesar y a sabiendas de que es una urbanización ilegal, basándose en los escondrijos legales más recónditos, finalmente se permite la privatización de suelo público.