Saioa Bilbao, socióloga e investigadora del Centro Social Ignacio Ellakuria de Bilbo, es una gran conocedora de la pluralidad religiosa y autora de algunas investigaciones sobre la situación de la diversidad religiosa en la CAV. Precisamente, sobre ello ha hablado en las jornadas interculturales «Pluralismo, religiones y convivencia» que se celebran en Alhóndiga Bilbao estos días.
Católicos, también cada vez más musulmanes, pero igualmente evangelistas, ortodoxos, mormones, incluso seguidores de la Cienciología. La radiografía religiosa vasca es cada vez más rica.
¿Cuál es la diversidad religiosa actual en la sociedad vasca?
A la luz del mapeo que hemos realizado en la CAV, actualmente existen, además de la Iglesia Católica, siete confesiones religiosas «minoritarias». Entre éstas se encuentran la Iglesia Evangélica con todas sus vertientes y gran intra diversidad, la Iglesia Mormona, La Iglesia de los Testigos de Jehová, el Islam, el Budismo, la Fe Bahá´í y la Cienciología. Además de éstas, debemos señalar la Rosacruces (Lectorium Rosacrucianum), que cuenta con una única comunidad.
¿También tenemos Iglesia de la Cienciología aquí?
Según los datos que nos han facilitado, hay alrededor de 1.500 personas seguidoras en la CAV, de las cuales participan activamente alrededor de un millar.
¿Es fácil para un no creyente mezclar religiones y sectas?
Indudablemente, opino que para muchas personas sí, sobre todo cuando tratamos de ciertas religiones que quizá son más desconocidas o que se han rodeado de polémica y en ocasiones de prejuicios. No obstante, no debemos obviar que existir, las sectas existen.
¿Y ese mapa religioso, entre nosotros tiene alguna particularidad específica?
Lo cierto es que a diferencia de otros lugares, aquí esta incipiente pluralidad religiosa no se ha visibilizado tanto y los retos que se van planteando son menores. Sin embargo, por cómo se ha ido desarrollando este fenómeno en otras partes a nivel estatal, podemos intuir que la cuestión de la diversidad religiosa es una realidad que se irá extendiendo cada vez más.
Si tuviera que exponer este panorama religioso ante un auditorio de no creyentes, ¿qué les destacaría?
Lo que sí destacaría del contacto con las personas creyentes y sus comunidades es la gran importancia que la religión proporciona en sus vidas. Más allá del sentido trascendente, en el día a día de estas personas ocupa un papel fundamental, el cual ayuda en muchas ocasiones a dar sentido a la vida misma. Es destacable de manera positiva las aspiraciones morales que estas comunidades socializan, como la justicia, la solidaridad, la paz o la igualdad, metas que ellas quieren alcanzar.
Porque entre los no creyentes no sé si se discierne esa diversidad religiosa o se mete todo en el mismo saco…
Sí, lo cierto es que la cultura religiosa de la que disponemos la gran mayoría de los vascos y vascas no se caracteriza por su riqueza. Creo que es un tema que para mucha gente o bien pertenece al ámbito estrictamente privado o, por el poco interés que haya podido suscitar, no se informa del mismo. Lo cierto es que la diversidad es significativa y más aún cuando nos adentramos en cada una de las confesiones, la intra diversidad, como apuntaba por ejemeplo en el caso de los evangélicos, es muy acusada.
Una diversidad religiosa, decía usted en las jornadas, «inquieta, creciente y siempre cambiante».
Sí. Podemos constatar que se trata de una realidad que si queremos controlarla muy estrictamente en cuanto a lugares o número no es fiable el disponer de una panorámica del todo certera. Las comunidades se van creando o van desapareciendo, o cambian los lugares de culto. Otra dificultad es el hecho de que estén registrados o no, lo cual para ese tipo de cuantificación, en ocasiones, dificulta una constatación atinada.
Se habla de fomentar la «discriminación positiva» hacia las religiones minoritarias, ¿en qué sentido?
La Ley de Libertad Religiosa del 80 y la que actualmente se está proponiendo, aunque asegura el derecho a la libertad de culto, lo cierto es que la Iglesia Católica, que ha sido la mayoritaria hasta hace poco tiempo, de entrada se sitúa en una posición de ventaja a la cual las minoritarias no alcanzan a pesar de esa garantía de Ley. Se trataría, en este sentido, de dotar a estas confesiones de esa discriminación positiva en aras a una igualdad con la católica.
Los cambios en ese panorama religioso, ¿vienen sólo dados por el fenómeno de la inmigración?
El fenómeno de la inmigración ,en cuanto a la diversidad religiosa, lo que ha supuesto es un crecimiento cuantitativo bien de los fieles de las confesiones, así como en ocasiones la creación de comunidades o presencia misma de alguna confesión. Éste es el caso del Islam, que lógicamente tiene su presencia en la CAV por la llegada de personas provenientes de otros continentes y países, aunque cada vez cuenta con más personas «autóctonas» conversas, como también es el caso de los y las ortodoxas. Da la sensación de que cuando hablamos de diversidad religiosa estamos hablando o lo relacionamos directamente con la inmigración y no debemos olvidar que en nuestro país existen religiones mucho antes de que la inmigración extranjera actual tuviera su presencia en el mismo.
Y la sociedad vasca, en general, ¿está cada vez más lejos o más cerca de la religión?
Bueno, autores como Amin Maalouf señalan en sus últimas obras que el hecho religioso tendrá un auge en los próximos años y que éste adquirirá mayor relevancia… ¿Estamos en esta línea aquí? Gran pregunta… No debemos olvidar que aunque el País Vasco ha sido un país altamente católico, donde la religión ha jugado un gran protagonismo, los procesos de secularización vividos también han tenido gran influencia. Teniendo en cuenta las encuestas realizadas al respecto, aunque el número de personas que se autoconsideran creyentes es importante, no lo es tanto el de las personas practicantes. Por lo tanto, aunque parece ser que sí que se cree en algo o alguien, quizá se trata más de una creencia o convicción personal, pero no tan arraigada a la institución como tal en el caso de los y las católicas, por ejemplo. Esta realidad es cada vez más acusada en la juventud, en quienes el agnosticismo es mayor.