El hallazgo de un valioso documento permite conocer el método del franquismo para retorcer el derecho y construir una “justicia de exterminio”
Ángel Viñas, Francisco Espinosa y Guillermo Portilla, autores de Castigar a los rojos (Crítica), han visto muchos consejos de guerra. Solo en Málaga, por ejemplo, cuatro tribunales juzgaron en 100 días a 20.000 personas e impusieron 3.000 penas de muerte. Pero el hallazgo por parte de Espinosa de la Memoria escrita en 1939 por el general Felipe Acedo Colunga, fiscal jefe del Ejército de Ocupación, permite conocer en detalle el método del franquismo para retorcer el derecho y construir una “justicia de exterminio”. Espinosa revisa, además, las cifras de víctimas, que eleva hasta 140.159 de la represión franquista, y 49.367 en la zona republicana. Viñas, de 81 años, historiador, economista y catedrático jubilado, habla en esta entrevista en nombre de los tres y confía en que el libro en el que analizan este valioso documento complique el discurso de los revisionistas.
Pregunta. Describen a Acedo Colunga como “uno de los personajes más siniestros del franquismo”. ¿Quién era?
Respuesta. Era una persona de la máxima confianza de Franco y formaba parte de la Unión Militar Española, la parte del Ejército que conspiraba con los monárquicos. Fue uno de los activistas de la represión jurídica de Asturias y estuvo un tiempo en la cárcel porque había participado en la sanjurjada.
P. Describen su Memoria como un “manual de inquisidores” porque Acedo Colunga animaba a sus colegas a coger ideas de la Inquisición, que consideraba un “tribunal calumniado”. Sabía que el derecho vigente no le servía para su plan de “desinfectar” España.
R. Eso es. Se inspira y bebe de la Inquisición y asume las tesis del derecho nazi. Había que destruir al enemigo. Se condena y mata a muchísimas personas, no por lo que habían hecho, sino por lo que son y por lo que piensan. Igual que a los judíos los mataron por ser judíos.
P. Dice Acedo Colunga: “No son ideas, sino crímenes”.
R. En su modelo de justicia, la idea es el crimen. En el consejo de guerra a Julián Besteiro, por ejemplo, pide la pena de muerte y el militar que le defiende dice que no ha hecho nada. Pero para Acedo Colunga, independientemente de su comportamiento, está justificada la pena capital; Besteiro encarna a la antiEspaña y para él eso justifica la pena capital, hay que acabar con él.
P. También propone una “depuración despojada de todo sentimiento de piedad” para “eliminar a todos los que no estén identificados espiritual y materialmente con el Movimiento”, fijándose “especialmente en los maestros de escuela”. Su guía jurídica trascendía la guerra.
R. Sí, y así se hizo. También retorcieron el código de justicia militar, de 1890, es decir, monárquico, no republicano, para no reconocer a los militares leales al gobierno legítimo como soldados, sino como panda de malhechores.
P. Más de 80 años después siguen apareciendo documentos valiosos como este. ¿Falta acceso y catalogación en los archivos?
R. Espinosa ya sabía de Acedo Colunga. Había investigado hace años en un archivo en condiciones deplorables [con excrementos de ratas y cucarachas, vivas y muertas] y finalmente, encontró su Memoria. Me la enseñó, pensé: ‘Esto es un libro’, y pedimos ayuda a Portilla, que es catedrático de Derecho Penal. El gran problema de los archivos españoles es que no están bien catalogados porque faltan medios, por eso deberían abrirlos totalmente. No hay que tener miedo a la historia.
P. ¿Hay una nueva ola de revisionismo histórico?
R. Empezó con Aznar, con las exhumaciones de fosas a partir de 2000. Luego vino la ley de memoria de 2007 y la derecha no lo toleró. El revisionismo trata de contener el movimiento social de la memoria, acudiendo a los mismos argumentos del franquismo: que la República iba a destruir España, etcétera.
P. El PP y Vox dicen que enseñar la represión franquista en los colegios es adoctrinamiento…
R. Hitler y Mussolini fueron derrotados, pero aquí la dictadura duró casi hasta 1977. En Alemania hubo desnazificación, se fijaron en la Educación. Aquí no hubo desfranquización. Esa es la clave, la madre del cordero. Se dice: ‘Hay que construir la España del futuro’, pero no puede hacerse sin conocer el pasado. Los historiadores somos presos de los documentos. Luego está la lucha política. Los chavales deben conocer su propia historia y hoy, por desgracia, no es así.
P. La nueva ley de memoria está estancada en el Congreso. ERC exige derogar la ley de amnistía.
R. Es una situación incomprensible. Aunque no sea perfecta, mejor tenerla, que boicotearla.