El último punto de los veinticinco del orden del día del pleno del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) quedó aprobado con los votos a favor de todos los grupos y en contra del del PP, que considera que la moción de la Alcaldía Presidencia por un estado laico y para que la ciudad se sume a la futura red de municipios por un estado de este tipo «es una imposición que atenta contra la libertad religiosa».
Numerosos ciudadanos pertenecientes a colectivos religiosos estuvieron presentes y la alcaldesa tuvo que llamarles la atención en varias ocasiones por interrumpir a los intervinientes.
La primera edil, Rosa Melchor ha explicado que el equipo de Gobierno está ejerciendo con las distintas confesiones «el cumplimiento estricto de la Constitución», ya que en su artículo 16 se garantiza la libertad religiosa. Esta moción es una declaración de principios, que «parece innecesaria en 2016, porque viene a declarar lo que es obvio y está aprobado en 1978. Es una obviedad. Mi relación con las distintas religiones y confesiones se mantendrá igual. Todas las confesiones merecen respeto y les pido que lo hagan igual», ha indicado.
Melchor ha destacado que la moción se muestra a favor de la libertad de conciencia y religiosa, del desarrollo de legislación sobre cómo actuar las autoridades públicas ante cualquier religión, de la escuela pública y laica sin eliminar la concertada y religiosa, del avance en la autofinanciación de las distintas confesiones, del mantenimiento de edificios religiosos con fondos públicos, de la incorporación medidas que hagan referencia a las conmemoraciones de carácter civil o de la creación observatorio municipal sobre la laicidad.
La portavoz de Equo en este punto, Elisa Díaz ha recriminado el momento elegido para presentar esta moción por estar en precampaña electoral y por no haberse impulsado un debate en la ciudadanía. En su opinión «crea alarma social, más por la forma que por el fondo», porque «hay que explicar muy bien que no va contra nadie y sí a favor de la ciudadanía». No obstante su grupo está «totalmente de acuerdo con el fondo de la moción». En su opinión la argumentación del PP «esconde intereses de tipo económico para que el Estado financie acciones religiosas».
El portavoz del PP en este punto, Eduardo García Villajos ha señalado que no existe ninguna referencia sobre laicidad en la Constitución y ha considerado «una imposición laicista de la izquierda».
«Un estado confesional es el menú del día para todos, aconfesional es bufet libre y laicista no se puede comer y eso no viene en la Constitución del 78. Vamos a votar no porque defendemos la pluralidad, la libertad religiosa y Alcázar sabe mucho de pluralidad religiosa», ha añadido después de dar cuenta de las religiones que han pasado históricamente por la ciudad.
A su juicio, «Alcázar no tiene esos problemas que dice la moción. Los que tiene es la ausencia real de crecimiento, el desempleo, los recortes en cuatro profesores, de profesionales sanitarios en psiquiatría, el aumento lista espera sanitaria, o la negativa a la apertura de la residencia de la salud mental, ya no el agua que la está convirtiendo la alcaldesa en una lucha ideológica». También se ha preguntado si el «oportunismo de esta moción no responde a que Podemos esté devorando electoralmente al PSOE y quieren recuperar algunos votos».
Ha acusado al equipo de Gobierno de «confusión» por asistir a unos actos religiosos y a otros no. Ha afirmado que las confesiones y ha asegurado que el convenio europeo de derechos humanos «tampoco habla de laicismo», aunque lo que ha considerado «más llamativo» de la moción es la creación observatorio municipal de laicidad «al más puro estilo dictatorial, con contenido político para el control de las religiones en Alcázar». En este sentido, ha dicho que «ya se creó algo similar en varias guerras y dictaduras» y que este órgano lo que pretende es que «ahora se investigarán los sermones, las confesiones… Esta es la nueva política de control y persecución, cómplices de la vieja política».
El portavoz de IU, Antonio Jesús García la he pedido a García Villajos que «deje la demagogia» y le ha acusado de hacer un llamamiento masivo al pleno a través de facebook. Respecto a la moción ha señalado que «la gente va a poder seguir teniendo la misma fe» y ha considerado que los puntos que refleja «no son una amenaza» como «avanzar en libertad, en tolerancia, en libertad de pensamiento o avanzar en una sociedad mejor». Por ello, le ha pedido que «no engañe a los ciudadanos».
El portavoz de IU considera «curioso que el Papa defienda la laicidad del Estado y que asegure que la convivencia pacífica se vea beneficiada por la laicidad del Estado. Curioso que Roma recomiende la laicidad y la lie el PP aquí, cuando en estos pueblos también se ha hecho». Para Antonio Jesús García, con esta moción «IU avanza para los ciudadanos que tienen un tipo de creencia determinada y para los que no tienen ninguna».
Mariano Cuartero como portavoz del PSOE para esta moción ha reiterado que se trata de «una obviedad que viene en la Constitución». Asimismo ha abogado por la construcción de un mundo «en el que nos demos la mano sin importar el credo. La Constitución no obliga a declarar su ideología» y ha acusado a los populares de querer «alarmar a la sociedad».
La alcaldesa ha cerrado el debate advirtiendo que el PSOE paga la contribución de su sede de la Rondilla Cruz Verde. Ha acusado al PP de «confundirse al creer que cuando se va en una procesión como miembro de la oposición, lo hacen como si fueran gobierno» y también que García Villajos «sólo haya defendido» la religión católica y no otras.
Melchor ha puesto en valor el cambio de talente de su gobierno con respecto al anterior, ya que dirigiéndose a los múltiples asistentes al salón de plenos, «nadie les haya intentado sacar del Ayuntamiento como sí ocurría hace 15 meses, que estaba limitado el aforo».
Por último, ha insistido en que «esta moción no agrade a nadie, no está hecha en contra de nadie, sino a favor de igualar al resto de confesiones, está en favor de la igualdad, la convivencia y la democracia» y ha lamentado que «se use un tema tan íntimo como es la fe para hacer política».