0. Cuando a un sujeto se le enseña a creer desde niño, es más fácil que acepte un argumento por falaz, estúpido y absurdo que aquel sea.
1. No hay nada más pernicioso para un ser humano que admitir una colección de verdades absolutas a pesar de que aquellas no hayan sido demostradas por la evidencia; desechar cualquier duda sólo por halagar un dogma irracional, es un daño grave a la verdad.
2. No soy religioso puesto que soy filósofo; y por lo tanto no creo, dudo. La duda no es algo que tenga derecho de ciudadanía en la cabeza de un fiel feligrés. La religión hará todo lo posible para que aquella se destierre efectiva y definitivamente de la cabeza de éste. Para un religioso, la duda no es amiga, es enemiga. La mayoría de santos que la tuvieron, la conservaron en secreto. De aquella se sabía sólo después de su superación .
3. Soy filosofo porque no soy un fundador de bases eternas para que los hombres y mujeres se rijan por ellas, un fundamento para la normalización del mundo; me declaro un destructor de las bases eternas y fantásticas que brindan seguridad al hombre cobarde; no las bases éticas
4. El hombre amilanado no puede vivir sin buscar un lugar para estar seguro, el dogma es su mejor madriguera. Aquel le brinda un poco de paz mental.
5. Al saberse con miedo, ya que moriría y no podría evitarlo, Platón deseó e inventó el mundo de las formas. El cristianismo inspirado por Jesús, Platón, Aristóteles y los estoicos deseó e ideó igualmente el más allá para disipar su miedo a la muerte. Esto brinda un aire de esperanza. El filósofo no secunda dichos deseos, es más los fustiga. Tal ejercicio le convierte en un ser impopular, despreciable, poco deseable para el público en general que quiere oír buenas noticias. Aquel dará las que se ajusten a la verdad racional, no a los pueriles deseos de algunos sujetos cobardes.
6. Sólo el que conscientemente deja los mitos y la superstición y se decide buscar en la investigación libre, plantándose preguntas serias sobre él, el otro, y la naturaleza, independiente de las entidades espirituales o metafísicas, puede alcanzar el ser llamado “filósofo” en el sentido estricto de la palabra.
7. La religión fundamentalista y dogmática es un obstáculo pernicioso al quehacer filosófico, científico e incluso al teológico. Todos esos sujetos que forman parte de las religiones fundamentalistas ya sea por voluntad propia o por una sutil manipulación están seguros de sí y de su relación estrecha con la deidad.
8. Para estos individuos no existen preguntas que no hayan sido resueltas por los dogmas que profesan, nada que ponga en jaque la realidad de sus dogmas podrá ser aceptado, por ellos podrían morir y causar colosales daños al ser humano y la naturaleza.
9. Todos los que aceptan una doctrina dogmática lo hacen en su mayoría —y pienso que es justificada mi posición, pero si no se asiente así al menos se deberá admitir que tiene algo de relevancia— por obtener una genuina tranquilidad mental. No es fácil llevar la vida de un filósofo, por lo general vive atormentado por problemas que la mayoría siente ya resueltos gracias a los dogmas que profesan. “Jesús ya vino y murió por nuestros pecados, estamos salvos”, dicen algunos.
10. La idea que todo tiene un plan y que Dios está llevando a la humanidad entera y al cosmos a un feliz término para los buenos y un desolador para los malos parece ser que tranquiliza a muchos.
11. Es fácil solucionar temas difíciles si se apela al simplismo ofrecido por los dogmas religiosos, pero esto no ocurre con el filósofo. Él ve en el dogma pueril, un obstáculo para el pleno ejercicio del filosofar.
12. Es pues claro que al religioso fundamentalista conservador, cuyos problemas están resueltos ya por la divinidad, la filosofía le parecerá inútil.
Licenciado en filosofía
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