Descargo de responsabilidad
Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:
El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.
En el año de 1973 yo era un crío de ocho años que asistía diariamente a clase en el Colegio del Sagrado Corazón de Zaragoza. Un solo profesor se encargaba del conjunto de la docencia de la clase de 4º de EGB, un profesor que no pertenecía a la congregación religiosa. Los jueves teníamos clase de Música, a la que nosotros llamábamos Canto, porque consistía exclusivamente en cantar. La clase comenzaba con nuestro profesor en pie sobre la tarima, brazo en alto, gritando “España, una, España, grande, España, libre. Arriba España. Viva Franco”, gritos y actitud, la del brazo en alto, que nosotros, críos de ocho años, debíamos replicar. A partir de ahí, la música, o el canto: El Cara al Sol, Montañas Nevadas, Juventud española.
Adoctrinamiento es una de las palabras preferidas de la extrema derecha de nuestro país. Los herederos ideológicos del franquismo han escogido como objetivo la escuela pública democrática y han comenzado una campaña de acoso y derribo contra la misma y contra su profesorado. La enseñanza, en especial la secundaria, se está convirtiendo en un campo de minas para quienes imparten materias susceptibles de cuestionamiento ideológico. Ser docente de Historia, de Filosofía, de Literatura, de Valores se ha convertido en un ejercicio de riesgo en el que, de manera paradójica, quienes profesan valores antidemocráticos llevan la iniciativa y amedrentan, con el matonismo típico de los escuadrones fascistas, al profesorado y a los centros.