Alcaldes de las principales ciudades del Viejo Continente se encontrarán con el Papa Francisco los próximos 9 y 10 de diciembre en el Vaticano, en una cumbre internacional para “atraer la atención” ante el creciente número de refugiados. Entre ellos, las alcaldesas de Madrid y Barcelona, Manuela Carmena y Ada Colau.
Junto a Colau y Carmena también estarán presentes los regidores de París, Roma, Berlín, Bruselas, Manchester, Ginebra o Lisboa. Los ediles de Zaragoza, Pedro Santisteve; y Málaga, Francisco de la Torre, también estarán en la Santa Sede.
La reunión comenzará el 9 de diciembre en la Casina Pio IV de la Ciudad del Vaticano y continuará al día siguiente, cuando está previsto que el papa Francisco reciba a los participantes en el encuentro.
La cita ha sido organizada para “atraer la atención inmediata del mundo a la amenaza que representa para la estabilidad mundial la presencia creciente en nuestro planeta de más de 125 millones de refugiados“, según un comunicado de los convocantes.
“Esas personas, que requieren de asistencia humanitaria urgente, han sido desplazadas de su tierra, entre otras razones, como consecuencia de la guerra, del hambre y de los terribles desastres naturales que han aumentado tanto en número como en magnitud en los últimos años”, continúa el texto.
Esos desastres “muchas veces son provocados por actividades humanas basadas en la utilización de combustibles fósiles”, agrega.
En la reunión en el Vaticano se pretende estudiar “una serie de propuestas que en su conjunto apuntan a reducir los riesgos de una espiral de reacciones catastróficas en el corto plazo, así como a maximizar y consolidar los beneficios de las reformas en el largo plazo”.
Los convocantes piden, entre otras cosas, acabar “de inmediato” con la guerra en Siria y “no castigar al Reino Unido” por el “brexit” (salida de la UE), sino propiciar “otra forma de unión superior” basada en dar “más independencia y más libertad” a los países de la Unión Europea en la cuestión de los refugiados.
Además, reivindican la creación de “corredores humanitarios” en el respeto del principio de no devolución del refugiado y ofrecer una “amnistía u otra solución para las víctimas de las formas modernas de esclavitud y de la trata de personas”.
Por otro lado, piden “restaurar un sentido de justicia y de oportunidad para la clase trabajadora desencantada, los jóvenes desempleados y aquellos a quienes las crisis financieras y la subcontratación laboral han perjudicado económicamente”.
Se urgirá además a que a los alcaldes, “en cuanto autoridades más próximas a la ciudadanía, se les provea de competencias para atender, acoger y regularizar a todo tipo de emigrantes y refugiados”.