La Audiencia Provincial de Valencia ha declarado inocente al hombre acusado de modificar la cerradura de una ermita ubicada en Torrent. Esta decisión pone fin a una larga disputa sobre el terreno donde se encuentra la conocida ermita del pantano en Torrent. En este caso, el acusado enfrentaba una pena de cuatro años de cárcel por un delito contra los sentimientos religiosos, según la imputación de la Fiscalía, y también fue absuelto de un delito de coacciones.
El fallo judicial destaca que el propósito del acusado era “recuperar la posesión del inmueble”, sin intención de afectar la libertad de culto de ninguna persona ni interferir en las actividades religiosas católicas. Además, el juez descarta las coacciones, ya que no se presentaron pruebas que sugirieran que el acusado pretendía impedir el ejercicio del derecho religioso de alguien mediante el cambio de cerraduras.
La incertidumbre acerca del elemento subjetivo del delito llevó al juez a aplicar el principio de “in dubio pro reo”, resultando en una sentencia absolutoria. Marcos G. F., junto a un cerrajero, cambió el acceso a la parcela en marzo de 2022. La acusación sostenía que su acción impidió la celebración de misas dominicales en la parroquia Sagrada Familia, así como otros oficios religiosos como matrimonios, bautizos y bodas de oro.
Antes de modificar la cerradura, el acusado había notificado al Arzobispado de Valencia su intención de recuperar la propiedad, alegando que pertenecía a su padre. La sentencia destaca que, ante esta comunicación, no hubo oposición ni del párroco ni del asesor jurídico del Arzobispado. Durante su declaración ante el juzgado de Instrucción, el acusado reconoció los hechos y aseguró no tener inconveniente en que se celebraran misas, siempre y cuando se regularizara la propiedad y se eximiera a su padre de responsabilidades mediante un contrato o seguro. El Arzobispado respondió que no poseían recursos económicos para tales medidas.
El templo María Asunta al Cielo fue edificado en 1970 gracias a la financiación de la asociación de vecinos del Pantano de Torrente. El terreno fue donado por la familia Planells bajo la condición de que se construyera una iglesia. La propia asociación se ha encargado de pagar las facturas de luz y las labores de mantenimiento, poseyendo llaves desde hace más de cincuenta años.
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