La sociedad política óptima y sus prestaciones básicas son el objetivo a largo plazo de las minorías religiosas dentro de un Estado laico, donde la relevancia intercultural del principio de laicidad va ligada a la idea de ciudadanía plena. En este ámbito, las identidades colectivas son expresión de las identidades personales, y su participación se reclama como una prestación-deber configurando un marco idóneo para la materialización y la efectividad de los derechos humanos; cuyo proyecto inmediato es la educación ciudadana que garantiza una ética pública configurada por y para todos los ciudadanos y los grupos en que se integran.
El triunfo de la Santísima Trinidad: Dios, patria y el ‘libre’ mercado (o de creencias que respaldan la victoria de Trump) · por José María Agüera Lorente
Trump regresa a la Casa Blanca envuelto en un aura mesiánica y acompañado esta vez de su particular…