El Ayuntamiento ha recurrido la autorización para el centro, en el que 100 familias tienen plaza Figar advierte que puede incurrir en «prevaricación» si no concede la licencia para construirlo
Apenas queda un mes para que comience el curso escolar, pero el primer colegio privado concertado religioso de Rivas (78.133 habitantes) todavía está en el aire con al menos 100 alumnos matriculados. Y en medio de una guerra entre el Ayuntamiento (IU) y el Gobierno regional. El Consistorio ha impugnado la autorización de la Comunidad para crear el centro, que debería abrir en septiembre, mientras que la consejera de Educación, Lucía Figar, ha advertido a Rivas de que, si no concede la licencia para su construcción, podría incurrir en "prevaricación, con sus consecuencias legales".
El futuro colegio Santa Mónica anuncia en su página web que comenzará las clases el 8 de septiembre. Ya tiene los libros, además del primer centenar de alumnos. Lo que aún le falta, a menos de un mes de arrancar el curso, es el permiso del Ayuntamiento para construir las instalaciones. Figar acusó el pasado martes al Consistorio de obstaculizar la creación del centro por una "obsesión ideológica" y un "afán de obstrucción" para denegar o retrasar los permisos. "La motivación ideológica está en la Comunidad, que está empeñada en sacar adelante un colegio religioso cuando lo que necesita Rivas son más plazas públicas", señala el concejal de Educación del municipio, Curro Corrales.
El pulso entre Rivas y la Comunidad, que empezó cuando Educación anunció en abril la apertura del nuevo centro, está a un paso de llegar a los tribunales. El alcalde, Pedro del Cura, envió el pasado 21 de julio un escrito a la Consejería de Educación en el que le exigía que anulara la autorización para construir el centro religioso en Rivas, donde hay 14 colegios y cinco institutos públicos, y un colegio privado concertado laico. En el recurso, el Ayuntamiento asegura que la parcela sobre la que se quiere levantar el centro no tiene uso educativo y acusa a Educación de incumplir la ley por no informarle de que estaba tramitando la autorización.
"Nos enteramos por la nota de prensa, es un comportamiento desleal. Y el Ayuntamiento no va a recalificar suelo ni a ceder terrenos públicos para un colegio concertado en el que no hay demanda", apunta Corrales, "a duras penas han llenado la mitad de las 210 plazas que ofertaron".
El colegio, que el Consistorio ha calificado de "ultracatólico", dará clase de Infantil a Secundaria y no está adscrito a ninguna orden religiosa, asegura su director, José María Calonge, que reconoce ser miembro del Camino Neocatecumenal, el movimiento neoconservador conocido como los Kikos. El centro surgió como una iniciativa del párroco de la iglesia de Santa Mónica de Rivas e iba a construirse sobre terreno privado en el barrio de La Luna, donde el uso educativo está permitido, aunque en un 20% de la superficie. El director dice que pidió un cambio de parcela, a la calle de Las Trece Rosas, también en suelo privado.
"Hemos presentado todo en tiempo y forma, pero el Ayuntamiento ha querido obstaculizar todo lo posible", afirma Calonge. El Consistorio niega tener constancia del cambio de ubicación, aunque confirma que los promotores del colegio han solicitado construir unos "barracones provisionales" en la segunda parcela. “Los técnicos están valorando las solicitudes”, señala Corrales.
El centro tenía previsto abrir sus puertas con ocho aulas, tres de segundo ciclo de Infantil, otras tres de primer, segundo y tercer curso de primaria, y dos de primer ciclo de secundaria. "Empezaremos poco a poco. Iban a venir más familias, pero se han echado atrás por miedo", lamenta el director.
Calonge se refiere a la advertencia del Ayuntamiento que, desde que se abrió el período de matriculación en abril, ha avisado a los padres que pidieran plaza en el Santa Mónica de que corrían el riesgo de perder la que tenían en su escuela de origen. "Nos preocupa que la Comunidad haya permitido la matriculación en este centro porque su viabilidad, por ley, es muy difícil", afirma el responsable de Educación de Rivas. La Consejería recuerda, sin embargo, que el proceso de matriculación finaliza en septiembre y la consejera aseguró el pasado martes que los promotores del colegio ya tenían una solución "transitoria" si Rivas deniega los permisos.
En ese caso, según el director del centro, llevarán a sus alumnos al colegio Alborada, en Alcalá de Henares, a 20 minutos de distancia y gestionado, al igual que el de Rivas, por la Fundación Arenales. Ésta cuenta con otros centros en Madrid y Valladolid. El director del de Valladolid, Alberto Barrera, es miembro del Opus Dei, al igual que otros trabajadores de esa escuela, según él mismo ha manifestado en la web del colegio. "Esto no es una aventura, tenemos un programa educativo muy pensado, así que las familias están tranquilas", asegura Calonge, "pero lo estarían más si supieran que van a quedarse en Rivas".
Una polémica que se extiende a Parla
"Había demanda, muchísimas familias tenían que llevar a sus hijos a colegios en Madrid porque en Rivas no había ninguno religioso", explica José María Calonge, director del colegio católico Santa Mónica, todavía sin construir y en vilo por el enfrentamiento entre el Ayuntamiento y el Gobierno regional. Esa demanda "insatisfecha" fue también el motivo que esgrimió la Comunidad para autorizar la creación de un centro concertado religioso en Parla (PSOE). El primero de este tipo que se intentó construir en ese municipio. La decisión, que la Consejería de Educación hizo pública en abril, también encontró de inmediato la oposición del Ayuntamiento, que entonces aseguró que la demanda insatisfecha estaba en la escuela pública y no en la concertada.
El Consistorio de Parla —donde hay 21 colegios y ocho institutos públicos, así como dos concertados— recurrió la adjudicación de la parcela donde se iba a construir el centro católico, que tiene previsto abrir sus puertas en septiembre. La bronca parece, sin embargo, haber quedado zanjada. El Ayuntamiento y la Consejería de Educación firmaron el pasado 29 de julio un acuerdo de colaboración, en el que, según el Gobierno regional, Parla se comprometió a conceder los permisos necesarios para poner en marcha el colegio, mientras que la Comunidad ofreció una inversión de un millón de euros para la mejora de los centros públicos y otra de 1,2 millones para la apertura de un nuevo colegio en 2015.
En Rivas, el conflicto continúa enquistado, y no solo en el Ayuntamiento. La asociación de vecinos de La Luna, el barrio donde la Comunidad autorizó la construcción del centro católico Santa Mónica, también rechazó el nuevo colegio e incluso lanzó en mayo una campaña ficticia de matriculación en la escuela pública, asegurando que lo que necesitaba el municipio eran más plazas públicas. Unas 60 personas, convocadas por la Asamblea por la Educación Pública en Rivas, se concentraron el pasado 15 de julio bajo el lema "Rivas por la pública" en el solar donde se levantará el futuro colegio.
El alcalde de Rivas y el concejal de Educación, en un colegio. / L. Craus (AYUNTAMIENTO)
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