La decisión de la Curia obligará a formar a los futuros sacerdotes en el seminario, algo insólito desde 1939
La retirada de los seminaristas de la Diócesis de Granada de la Facultad de Teología por orden del arzobispo, Francisco Javier Martínez, ha despertado cierto malestar y sorpresa entre muchos sacerdotes que ejercen en la provincia y que han sido instruidos en este centro universitario. No ha existido otro desde 1939 para formar a los religiosos que ejercen en las distintas órdenes diseminadas en Andalucía oriental.
La decisión del Arzobispado fue comunicada por carta al rector de la Facultad de Teología, Ildefonso Camacho, y justificada de forma ambigua mediante un pobre argumento que hace referencia al actual contexto cultural de la Iglesia, al parecer, muy distante de la formación que recibían los futuros sacerdotes. «Ha resultado sorprendente y doloroso», comentaba ayer Ildefonso Camacho, quien comunicó a este periódico que será el máximo responsable de la compañía de Jesús -orden que dirige la Facultad-, Peter Hans Kovelbach, quien comunicará con el Arzobispado para conocer con más exactitud las razones que se esconden detrás de esta decisión rupturista con una de las nueve facultades de Teología de este país, conocida por su solera y distinguida trayectoria. Los ochos seminaristas iniciaron el curso matriculados en este centro de estudios universitarios y el pasado lunes dejaron de acudir a clase.
Arzobispo de profesor
El Arzobispado formará a sus futuros sacerdotes en un centro que creará para este fin en el Seminario Diocesano y para el que se postula como profesor el propio arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, en compañía de otros teólogos aún por seleccionar, según apuntan distintas fuentes consultadas de la curia granadina. El arzobispo, que ayer se encontraba con un grupo de jóvenes en Ugíjar, no ha querido pronunciarse sobre su decisión. Sí lo han hecho distintos sacerdotes de la capital y de pequeños pueblos de la provincia que han mostrado su «rechazo» a una decisión «que no tiene demasiado fundamento», máxime «tratándose de una de las dos facultades de Teología españolas con más prestigio». Otros, que también han pedido mantener su anonimato, han destacado su «respaldo a la dirección de la facultad», donde ellos mismos se han formado.
El propio rector de la facultad de Teología ha confesado haber recibido llamadas de solidaridad de religiosos y laicos de esta provincia y de otras españolas, hasta donde ha llegado la noticia.
Camacho restó importancia a otros hechos como la no presencia del arzobispo en la inauguración del nuevo curso o las posibles desavenencias del máximo responsable de la diócesis granadina con la lección inaugural sobre bioética pronunciada por el sacerdote Francisco Alarcos en los actos protocolarios de la apertura del nuevo ejercicio. «Resultaría desproporcionado retirar a los seminaristas por culpa de una conferencia después de tantos años formando sacerdotes», apostilló Camacho.
A partir de ahora, el Arzobispado necesita que el nuevo centro de formación de sacerdotes esté afiliado a una facultad de Teología española para validar los estudios que allí se impartirán. De momento, carece de profesores y de plan de estudios.